Diversión en la taberna +18 [ALMA ZAIFON y Shammy Floower]

Después de algunas semanas aburrida dentro del internado, con alguna que otra aventura entretenida, decidí dar un paseo por el pueblo. En términos más coloquiales, en el internado hay poca pesca y deseo ver si aquí consigo llevarme alguna pececita conmigo. Entro a una de las pocas tabernas que tiene para ofrecer este lugar y miro alrededor. Puros hombres borrachos y viejos, nada que pueda gustarme en lo absoluto. Cuando estaba por irme, decepcionada, poso mis ojos en una rubia de figura excelente en la barra, siendo increpada por uno de esos vagos. Por sus gestos me da la impresión de que no le agrada para nada sus tratos, por lo que decido aventurarme y me acerco a ellos.
Tomo al sujeto por los hombros y lo empujo al suelo, derribando una silla. Si hay algo que odio con mi ser es ver a los hombres aprovecharse de las mujeres.
-La dama dijo que no, así que mejor te largas -le digo, mirándolo fijamente, para luego girarme a ella con una encantadora sonrisa.- Disculpa si me interpuse, pero vi que tenías algunos problemas. No te había visto por aquí -agrego, sentándome junto a ella y cruzando las piernas con mi cuerpo frente al suyo.- Y créeme, recuerdo muy bien a las mujeres hermosas que pasan por mi vida -guiño un ojo cuando digo aquello.

Parecía que aquel hombre no tenía la intención de irse, pero me fijo en que una chica se acerca y lo derriba, con una fuerza brutal e increíble. Se gira hacia mí con una encantadora sonrisa con la que me habla diciéndome que nunca me había visto por aquí, la verdad es que yo a ella tampoco la había visto en mi vida.
-Claro que no me has podido ver, soy nueva en el internado... gracias, por lo de antes-fue lo único que se me ocurrió.
Se sentó junto a mí y puso su esbelto cuerpo en frente del mio con las piernas cruzadas, era simpática, la primera palabra que se me vino para como detallar su forma de ser.
-Me llamo Shammy, Shammy Floower, ¿Y tú?-Le pregunté su nombre, directamente. Le devolví la sonrisa.

Aquella chica era preciosa, suficiente para mí, momento perfecto.

Su apellido es parecido a flower, y que forma de describirla, en eso acertaron. Puede que mi noche de caza tenga una buena presa para deleitarme, y eso es lo único que me importa ahora. Siempre sonriéndole y moviéndome de la forma más sensual que conozco, le respondo.
-Me conocen como Romana, pero mi nombre es Alma.
No puedo decir como sea ella, aún no la conozco, pero si juego bien mis cartas las cosas saldrán como espero y podré desahogarme después de tanto tiempo, prácticamente desde que entré al internado.
-Deja que te invite algo para tomar, así te olvidas del idiota ese. ¿Qué te gustaría beber? -le pregunto, haciendo una seña al barman para que se acerque a nosotras.
Me dan lástima todos los pobres hombres que se deleitan con nuestra presencia, pero esta noche es para mí y la única chica del bar se irá conmigo, hagan lo que hagan.

Siempre me sonreía tratándome bien, con su simpatía, aunque yo en el fondo para nada me fiaba de ella tendría que pasar mucho tiempo, el suficiente, no creo que ese tiempo llegara, solo sería hoy y ya está, era lo que deseaba.

Me dijo que su nombre era Alma, pero conocida por Romana. Me invitó a tomar algo, la verdad es que tenía sed, así que le respondí:

-No se, sorprenderme, ¿Que vas a tomar tú?-Le contesté.

Si no me confundía, es que esta chica iba directamente, no se como iba a terminar todo esto lo único que esperaba es que fuera bien, me gustan los finales felices y no quería que después quedáramos a mal, eso esperaba. Lo que yo prefiero en el fondo es que después de esto no nos volviésemos a ver más, a no ser que fuese de buena o de otro día como este.

-Y dime, ¿Que eres, bisexual o homosexual? porque si no me confundo creo que estas intentado ligar conmigo, créeme que si es así no te cortes-Le dije quería que quedase todo claro, y entonces sería todo depende de ella.

A lo largo de mi vida, había ligado con pocas pibas pero todo a su tiempo y ya llegarían más. No sería la última, al no ser que llegásemos a algo, me temo que esa situación no iba a existir jamas así que lo dejaré en el tiempo.Se acercó barman para que pidamos.

Me pregunta que voy a tomar yo, mientras esperamos que el barman nos atienda, para luego decirme una frase bien directa y al grano. Me gusta eso, simplifica muchísimo las cosas y no voy a tener que tomar el camino largo para llevármela a la cama. Parece tener todos los intereses en conocerme más profundamente, tanto como yo, por lo que le respondo, sin dejar de sonreír, pero ahora de una forma más lujuriosa y escondiendo un placer secreto.
-Soy lesbiana, y si, querida, estoy intentando ligar contigo, ¿qué tal comencé? -pregunto, para luego esperar a que el barman se acerque a nosotros y así pedirle dos vasos de fernet branca, el suficiente alcohol para divertirnos pero no para perder el control de nuestros actos. Luego de que el sujeto se fuera por las bebidas, agrego.- Perdona que no te pregunte qué sexualidad tienes, pero no me interesa realmente, solo sé que estás aquí por la misma razón que yo -espero a que nos entreguen los vasos para luego levantar el mío hacia ella.- Brindemos por eso.

Contestó a mis preguntas y admitió que quería conmigo, me gustaría saber cosas de ella, en general, siempre me interesa saber cosas de la gente con las que me voy a juntar. Esta chica, son de las que siempre consiguen lo que quieren, y seguramente, aunque o me hubiese negado, posiblemente no se hubiese dado por vendida.

-Comenzaste bastante bien, premio.-le dije, yo realmente me dejaba llevar de ella, que se tomase su tiempo y así conocernos más.
Iba rápido, eso no me gustaba mucho, porque tampoco sabía con quien me estaba metiendo. Cuando vino en barman, le pidió dos vasos de fernet branca, esa bebida la había probado en pocas ocasiones.
-Soy bisexual, pienso que así puedo ser aun más libre, me gusta la gente que es libre y no tiene fronteras ni límites, sé que soy un ángel de luz, y a lo mejor eso no concuerda mucho con mi especie, pero yo soy así.-Le quise explicar, que yo hacía o que quería y que no tenía límites.

Normalmente lo hacía por el bien, sin hacer nada malo, pero a veces, evitaba hacer buenas acciones. Cuando vino el barman y nos trajo la bebida brindamos, por la razón en la que estábamos en ese lugar ambas.

Brindamos con los vasos de fernet y tomo un sorbo mientras la escucho, me sorprende que un ángel tenga su personalidad. Que esa sea su raza me deja contrariada, dado que los ángeles no son mis personas favoritas, pero mientras no sepa que yo soy una demonio no creo que haya problema. No es que quiera tener una relación seria, es solo una noche.
-Me gusta tu actitud, también me dejo llevar por lo que el futuro tenga preparado para mí, si bien yo misma hago mi propia suerte. Voy a donde quiero y hago con mi vida lo que me plazca, no pido explicaciones a nadie ni las doy. En cierto sentido, si no me molestas no te molesto; déjame vivir y te dejaré vivir, aunque a veces tiendo a meterme en las vidas de las personas solo para tener un pasatiempo.
Mi naturaleza de demonio me lleva a ser así, no es algo que considere bueno o malo, simplemente es divertido y no me lo cuestiono.
-Si bien mi predilección son las mujeres, muchas veces tuve la tentación de unirme a una pareja heterosexual y probar. No me dejaría llevar demasiado por el hombre, pero el morbo del número tres me resulta atrapante -comento, sin dejar de tomar la bebida.

Después de brindar, parecía que ella tampoco tenía límites, según me explicó, le gustaba probar de todo, o casi. Dijo que le gustaba mi actitud, sinceramente a mí su actitud no me iba ni me venía porque seguro que ella no sería así realmente. Solo por hoy. Seguía sin fiarme aunque me caía bien.

-Opino lo mismo solamente que yo no haría daño a nadie, ya que soy un ángel de luz, y mi naturaleza no puedo cambiarla, o eso creo.-Añadí. Dijo que ya había tenido tentaciones por un trío de una pareja heterosexual, yo en cambio, solo lo probé con dos hombres y quise decírselo así que le dije:

-Wau... eres una crak ¿no? eso de la cama se te da bastante bien por lo veo, aunque no lo probases, en cambio yo en el tema de los tríos lo hice con dos pibes, no era nada del otro mundo, pero estuvo entretenido, no llegamos a mucho. Hacía tiempo que no volvía a estas cosas, es que no lo busco normalmente suele llegar solo.-Le afirmé.

En esta situación, iba a ser diferente, ya que la sujeto, era una profesional, eso está bien, se me hacía raro que no hubiese hecho eso y yo sí. Iba a ser una experiencia nueva y sin repeticiones, no tiene la pinta de pasar dos veces por el mismo túnel.

Me alegra comprobar que no es ninguna amateur en el tema, si bien me gusta iniciar a las chicas, tratar con alguna que ya haya probado el sexo, sea hetero u homo, es un buen comienzo. Y como todo parece indicar que esta noche la pasaremos muy bien, no me preocupo por intentar seducirla, solo deseo convencerla. Le dedico una sonrisa por su último comentario, al cual respondo:
-Es bueno tener distintas experiencias. ¿Y quién sabe? Tal vez algún día te juntes con algún chico y quieras invitarme, todo está abierto.
Mi voluntad está abierta a probar distintas cosas, al igual que mis piernas están abiertas si viene el caso, pero lo único que no me interesa ahora es compartir cama sola con un chico, eso ya lo viví y una vez fue más que suficiente. Termino de un sorbo el vaso de fernet y luego sigo la conversación:
-Casi siempre es algo que surge sin planearlo. ¿Acaso esta vez lo planeaste?

-No te preocupes, si tengo oportunidad yo te llamo para que acudas y vengas.-Le respondí cuando me dijo que la invitase si tenía la oportunidad con algún chico.
-No claro que no lo planeé, pero hay gente que sí que lo hace.-Le dije. En algunas ocasiones, hay gente que quedan y ya saben que va a ocurrir.

Me quedaba ya poca bebida y no sabía que hacer cuando se me terminara, pues, no creo que nos quedásemos ahí. Yo dejaría que ella decidiera, tratar con una persona decidida como ella es mejor seguir sus pasos, ya que puedes jugar mal y cagarla.

Lo que yo me preguntaba desde que entró y lo dejó claro, es en donde iremos, ¿En qué lugar?

-Ey, Romana... ¿Qué te apetece hacer después? -Le pregunté, y a continuación tomé otro pequeño sorbo de mi bebida.- ¿No querrás que nos quedemos en este lugar todo el rato, no? Espero que no pienses que soy una salida, por este comentario. Y tú, normalmente, ¿eres de las que no aceptan un NO por respuesta? o ¿de las que si te dicen que "no" te vas y... nada?-Le pregunté, no sabía de que hablar y quise tener más conversación y así saber de su carácter.

Eso me divierte, una joven me invitó a un trío, no es algo que se escucha todas las noches que una sale a pasarlo bien. Termino de un sorbo el resto de fernet que quedaba en mi vaso, escuchando lo que me dice a continuación. Pese a que es una chica sexualmente activa, puedo apostar que nunca se había visto en una situación parecida a esta.
-No, no acepto ningún no por respuesta, así que ve olvidando cualquier posibilidad de ello -le digo, sonriendo.- Tenemos distintas alternativas por hacer a continuación, todas dependen de lo que tú quieras. Podemos ir a alguna discoteca a bailar, divertirnos más, todo con la chance de terminar en cualquier tipo de lugar entregándonos la una a la otra. O puedes elegir un lugar más privado y averiguar que tanto deseas conocerme -me acerco un poco más a ella, sin terminar de invadir su espacio personal totalmente, pero lo suficiente para remarcar mi presencia.
Ambas formas ya las viví, desde conocer a alguien en una discoteca y acabar en un baño o un callejón trasero, a encontrar un motel apartado y terminar entregada al amor... o a hacer el mismo, al menos, dado que amor es lo que falla en todas las ecuaciones.

Se acerca un poco más a mí, admite que si es un sí es sí, o si es un no, es un sí igualmente, si pudiera elegir el lugar, elegiría algo privado, también cómodo. También sin que nadie me viera, yo soy así no me gustaría llamar la atención de esa forma, y menos siento lo que soy, un ángel de luz. De este modo añado:
-A mí sinceramente, no me gusta la idea de ir a un sitio en el que nos vieran, me refiero a la calle...en una discoteca... no está mal esa idea, así que yo voto por la discoteca, así la pasamos bien bailando y eso...

Sé que ahí la gente podría sospechar, pero no tendrían la oportunidad de ver nada como si fuese en otro lugar de fuera. La verdad es que me daba igual.

-Discoteca entonces -respondo con una sonrisa divertida, me gusta ir a bailar, es una gran oportunidad para estar cerca de cualquier persona sin que nadie piense nada extraño. Dejo el dinero sobre la barra, y luego me levanto del asiento, esperando a que ella haga lo mismo y luego me acompañe a la salida. Tras la diversión y el baile puedo llevarla a algún lugar privado de su conveniencia, mientras venga conmigo me da igual a donde.
-Conozco una cerca de aquí, muchos flashes y luces de colores, oscuridad y nada de mirones. Aunque no debes preocuparte, querida, vienes conmigo -le digo, guiñando un ojo para luego dirigirme con ella a mi lado hacia la conocida discoteca. A lo largo de mi vida recibí múltiples miradas por ir acompañada de chicas, pero con el tiempo me acostumbré y ya no me molesta, es un simple "que se jodan todos".

Salgo con mi cartera de la mano fuera de aquel bar de mala muerte, seguida de cerca por ella. Si tuviésemos más confianza la llevaría de la mano, pero no creo que este caso lo valga, por lo que iremos como dos buenas amigas con ciertos derechos... o conocidas de una vez.
-No debes preocuparte porque conseguiré que solo me pongas atención a mí, cariño -le respondo, guiñándole un ojo. También le daría una paliza a cualquier entrometido, pero solo si me rompe la paciencia. No tardamos demasiado en alcanzar la discoteca, dado que se encuentra a apenas dos cuadras del bar. Veo una extensa fila en la vereda esperando entrar, pero yo me dirijo directamente a los dos sujetos que custodian la entrada. Con una simple sonrisa me reconocen y nos dejan pasar. Ahora si la tomo de la mano y camino con ella a la pista de baile.
-¿Lista para divertirte?
Aquí adentro lo pasaremos bien, pero la verdadera diversión siempre resulta lo que sigue al baile, solo debo calentar bien las expectativas.

Salimos fuera del bar, la verdad es que tenía ya las ganas de ir a las discoteca. Vamos juntas como buenas amigas, aunque era lo que aparentábamos realmente eramos de otra forma. Me sentía feliz, con ganas de ver a la gente con mas marcha, no como el ese bar aburrido, que no había más que tíos mirando.
Me dice que no me preocupe, eso esta bien, estaré como quien está en una fiesta con música a tope y sin ningún problema.
-Bien, a lo mejor hasta se nos une alguien, yo tengo mucha marcha en el tema de estar en fiestas, discotecas y todos los lugares con música y con marcha... Todavía no sé por qué fui a ese bar aburrido-le dije con una risa corta.
Cuando ya nos estamos acercando, ella me dirige hacia los guardas de la entrada, una sola sonrisa, y nos dejan pasar, tenía enchufe y eso nos facilitó las cosas, lo mejor es que no tuvimos que esperar.
En ese momento, me coge de la mano y nos dirigimos a la vida buena.
-Pues claro que sí, yo siempre estoy lista para divertirme, siempre que puedo -Esta vez fui yo quien le guiñó el ojo.
Antes me dejaba llevar por ella, pero creo que ahora voy a participar más. Seré más abierta, en los dos sentidos...

Escuchando la música fuerte, dejo que mi cuerpo se adecue al ritmo para comenzar a bailar, tomándola a ella por las manos, como hacen el resto de las parejas en la pista de baile. Mientras los flashes, las luces de colores y los láser iluminan los cuerpos en movimiento, miro a Shammy a los ojos, alejándola con los brazos y acercándola hacia mí para tener su cuerpo bien pegado al mío. Dejo que sea la música la que marque el paso de nuestro sensual acercamiento, que espero poco a poco se convierta en algo más erótico. Esto me lleva a no apresurarme, a poder sentirla cuando debo sentirla y a solo mirarla llegado el momento.
-Realmente me gusta como te sueltas... -le digo, levantando la voz para que me escuche, pero para que solo me escuche ella. Dejo que mi mirada lasciva acompañe mis palabras y así no nos olvidamos de que tanto deseamos conocernos esta noche. Veo esta salida más como una preliminar, probar que tanta atracción produzco en ella y que tanta ella produce en mí. No llevo a cualquiera a la cama, aunque muchas podrían pensar eso, la persona en cuestión tiene que tener alguna chispa que llame mi atención, de otro modo solo perdería mi tiempo.
En un momento dado dejo que sea Shammy quien tome el ritmo de nuestra danza, moviendo su cuerpo y el mío como quiera, me da curiosidad saber qué puede hacer con un poco más de libertad.

Le devuelvo la mirada cada vez que sus ojos se posan sobre los míos, mientras el ritmo de la música va cambiando para terminar de reemplazar el baile. Dejó de ser algo muy movido para pasar a ser algo más lento, que permite a las parejas hacer del baile un asunto más carnal, más físico. Paso mis brazos por su cintura, dejando que sea ella quien rodee mi cuello, y acerco su cuerpo al mío, para verla de más cerca. Noto con mis dedos la suavidad de su vestido, que me resulta sumamente agradable al tacto, notando como su cuerpo vibra contra el mío. No puedo dejar de mirarla, de querer acercar mi rostro más al suyo, me encanta como se siente el ambiente entre nosotras.
-Me gusta cuando a veces se deciden a acercar parejas con música lenta... -murmuro levemente, notando como nuestros labios están apenas separados uno del otro. Deslizo lentamente una de mis manos por su espalda, que se siente preciosa, para llegar a su trasero y pasar mi palma sobre el, sin detenerme, dado que en cuestión de segundos vuelvo a colocarla nuevamente en su espalda.
-Me da mucha curiosidad probar... -le digo lentamente, mientras cierro mis párpados y acerco mis labios a los suyos, dándole un profundo beso, acercándome lo suficiente para que nuestros cuerpos estén en pleno contacto.

Mientras que bailábamos e intercambiábamos miradas, la música se desvanecía y empezaba a sonar una nueva, esta vez era de las lentas, para las parejas. Pasó su mano por mi cintura al mismo tiempo que yo por su cuello. Era una situación más íntima. Nos acercamos más, una mirada intensa. Me dice algo, a la que yo contesto:
-Si es muy bonito, y más si somos las únicas de nuestra clase, ya sabes a lo qué me refiero.-Le contesto, pensando en que éramos las únicas parejas del mismo sexo, eso lo ponía aún mejor.
En ese momento noto como algo se mueve suavemente sobre mis espalda tirando hacia abajo, luego sube y vuelve a su sitio.
A continuación, pasa algo, me dice unas palabras de las que no presto atención, porque viene otra cosa de la que sí qué presto atención. Un roce del que es inolvidable, del que dura apenas unos segundos, unos buenos segundos. Cuando nos separamos de ese beso, me pego a ella apoyando mi cabeza en su hombro, en el izquierdo, cierro los ojos.
Hasta hace unos minutos pensé en que todo sería diferente y lo qué no sentía se podría decir que ahora lo siento. Pero si solo será por una noche me temo que mañana lo olvidaré.

El beso no dura demasiado, pero es uno de esos que resultan memorables, sus labios me resultaron muy agradables. Ella recuesta su rostro en mi hombro y yo sonrío, sin dejar de bailar pegada a ella. Me gusta sentir su cuerpo caliente junto al mío, rodear su cintura con mis manos como si fuese la primera vez que lo hago. No miro a las otras parejas de la pista, no me interesan, en estos momentos solo estamos Shmmay, la música y yo, y es todo lo que necesito.
-Podría quedarme toda la noche bailando contigo... -murmuro a su oído, mientras llevo una mano a su cabello y lo acaricio, disfrutando de que aún descansa su rostro en mi hombro. Su cabello es verdaderamente precioso, me pregunto cómo hará para que se vea tan especial. ¿O será porque ella lo es?
-¿Te gustan los lentos, Shammy? -le pregunto, para luego agregar, siempre en susurros.- Por momentos como este me encantan...

Todo iba bien, todavía seguía en su hombro, si fuera por mí, me quedaría toda la noche en esa situación. Me acaricia el pelo. En lo que yo añado:

-Yo también me quedaría así, es todo muy bonito -Ese momento estaba un poco sensible, por todo.
-Si claro me encanta, pero lo que más me gusta es estar con la persona que lo está compartiendo conmigo. Eso me gusta más aun. -En aquel momento podría decir que estaba sintiendo esa sensación tan bonita, en la que dicen, que lo sientes cuando te enamoras.

-Y dime, ¿En este momento, qué sientes? -Le pregunté, quería saberlo y era una cuestión que me interesaba. Levanté la cabeza, mientras que le hablé, miré por esos segundos su cara y luego me fijé en lo que había detrás de ella, no presté atención, pero era por mirar hacia otro lado.

De repente nuestra erótica situación se torna en algo más... ¿romántico, sería la palabra? No lo sé, aunque los lentos que están pasando algo tienen que ver al respecto. Su pregunta me deja algo descolocada, sin saber muy bien qué responder. No es que requiera de una respuesta inmediata, solo no sé muy bien cómo me siento. Bien, claramente, pero ella me pregunta si algo más.
-Me siento... como me sentí pocas veces en la vida, si es tu pregunta -le respondo, mirando alrededor.- Ahora mismo me dan ganas de estar solo contigo...
De repente vuelve la música fuerte y bailable, y las personas se juntan más alrededor nuestro en la pista mientras retoman el baile. Después de un momento como ese ya no tengo tantas ganas de volver al ruido, por lo que tomo a Shammy de la mano y le murmuro que es mejor salir de allí. La llevo a fuerza de empujones hacia una puerta trasera, donde podemos salir a un callejón y de ahí volver a la calle.
-Que suerte que salimos... -le digo sonriendo una vez que estamos afuera.- Tengo ganas de estar contigo y ahí había demasiados humanos. ¿Te apetece ir a la playa a caminar? La noche es hermosa... -agrego mirándola a los ojos, con ese brillo especial característico en mí, mientras extiendo mi mano hacia ella en forma de invitación.

Cuando responde a mi pregunta, no me imaginaba que iba a responder algo así, pero me sorprendió y me gustó su respuesta.
Se terminó la música lenta y comenzó la de antes, con más ritmo. La gente volvió a la pista y se llenó pero Alma me dijo que preferiría estar a solas conmigo, por lo que tomó mi mano e intentando salir de aquel barullo, conseguimos salir. Se alegra por haber salido. Yo también me alegro, me lo estaba pasando bien, pero también me estaba asfixiando. Ahora podíamos tomar el aire tranquilas.

-Sí, me encantaría tomar un poco el aire y relajarme. Allá dentro cuando la gente se junta es un poco asfixiante, sobre todo por lo que se fuman porros. -le digo.
Me entrega su mano, en la cual yo la cojo, no encaminamos para salir del callejón e ir a la calle.