Soledad interrumpida-Sol Vachet

Soledad. Eso era lo que había venido a buscar en el cementerio, aunque lo quise disfrazar de una búsqueda de ingredientes para pociones, pero en realidad venía a lo primero. Nunca les tuve un gusto particular a estos sitios en donde las almas y los cuerpos reposan para siempre, pero desde la muerte de mi madre, muchas cosas han cambiado. Ahora me interesa la muerte de una forma que nunca creí posible. Quería saber todo sobre ella, saber si podía desafiarla incluso, buscar una forma de ir más allá de si misma, de volver a ver a mi madre. Estaban los espíritus claro, pero por como yo conocía a mi madre, estaba segura de que no estaba realmente atormentada o no tenía una razón para regresar. Tendría que yo ir a buscarla.

Sin embargo, a pesar de ser floja en cuanto mi búsqueda de ingredientes, no tarde en encontrar el  ingrediente que sólo se encuentra en esta parte del lugar. Los metí dentro de mi frasco y también metí un poco de tierra de una tumba particularmente hermosa, a pesar de lo tétrico del lugar. Me sentía cómoda aquí, dado que sus habitantes, independientemente de lo que hayan sido en su vida, ahora eran iguales en su muerte. Tenían la misma tierra, el mismo estado, pero incluso podía verse su diferencia en su tumba. Interesante que incluso después de muertos no dejemos nuestra originalidad. Suspiré y me senté en donde podía. En uno de los árboles retorcidos de este cementerio. No me hubiera importado sentarme sobre una tumba, pero era irrespetuoso de mi parte y además, no sabía si podía captar algo de más. Al menos no tenía una mala vista desde la rama que me había acogido.

Ya no lloraba, eso ya había pasado. Las noches en las cuales lloraba en la casa de mi padre por mi pérdida, ya habían quedado en el olvido, ahora sólo me sumergía en la melancolía, en el silencio, en la soledad. Me preguntaba muchas cosas, mi mente vagaba muchas veces, de forma que era imposible detenerla. Me quedé por mucho tiempo en la rama, tanto que ya empezaba el atardecer.

Sin embargo, la posibilidad de pasar la noche ahí no fue la que llamó mi atención y me hizo regresar al mundo. Fue el sonido de que ya no estaba sola en el  cementerio. No era tan ilusa, pero si me provocó un sobresalto. Nunca sabes a qué o a quién te puedes encontrar en un cementerio. Di un salto de la rama, y levanté la varita, moviéndome con cautela para no hacer ruido en medio de las ramas y hojas secas, o de la tierra dura. Era muy sigilosa, no por nada era un zorro. Era una chica, se veía taimada de aquí a la pared de enfrente. Me tranquilicé, se veía inofensiva.
-Hey-dije en voz alta para llamar su atención, segura de que me escucharía.

Estaba en el cementerio de nuevo, esta vez por voluntad propia, no como la ultima que me habia perdido persiguiendo a un escarabajo, que era justo lo que venia buscando de nuevo. Era consiente de que en este lugar habia ciertos ingredientes, ademas de esos escarabajitos que tenian por ndo una tumba agrietada en lo cual no queriapensar, que no podria encontrar en ningun otro lugar.

Por mas que habia tratado de llegar a una hora no tan tetrica me habia entretenido en otras cosas y habia llegado durante el atardecer... quizas si no me tardaba demasiado podia irme de este lugar sin que se oscureciera demasiado. Tenia mi varita bien sujeta por si acaso, en un lugar como este una nunca sabia que se podia encontrar.

Di un respingo cuando una voz me hablo y voltee a ver a la chica que me habia llamado, no la habia visto al llegar. Vi que tenia su varita en mano de la misma forma que la tenia yo asi que me relaje un poco y camine hacia ella.

-Hola...me asustaste- dije sonriendo apenas de los nervios, pero me sentia curiosa, no conocia a muchas mas brujas asi que no estaria mal conocer a una - eres nueva? creo que no te habia visto antes... que haces por aqui?- pregunte mirandola con la varita a mi lado tranquilamente.