Reencuentro (Akasha)

No podía seguir caminando, estaba demasiado cansada. ¿Cuánto tiempo llevaba dando vueltas por la ciudad? Ni yo misma lo sabía, pero lo que tenía seguro es que varias veces había caminado bajo la molesta luz del sol. Había perdido mis zapatos, probablemente los dejé en algún sitio pero no logró recordarlo, siempre preferí ir descalza. Aquella noche aún me atormentaba cuando cerraba los ojos, simplemente corrí huyendo de todo y eso me convierte en un cobarde y lo sé. Tras aquello había regresado a casa, había limpiado mi cuerpo para deshacerme de la sangre y había cogido mi reproductor MP3.

El silencio de la noche sólo era roto por una melodía algo extraña, mi propia voz parecía venir de lejos cuando tatareaba una melodía que tan sólo yo escuchaba, la luna no parecía tener ganas de iluminar mi camino pero el contacto frío de la arena bajo mis pies me informó de que acaba de encontrarme con la playa. "Wen du auch küsst.. oh, ich verzeih dir." [Bebes a quien beses, yo te perdono] Rápidamente apagué el MP3, enfadada por aquella canción que acababa de recordar el sabor amargo de un beso robado, pero para el que no estuve preparada. Siempre supe que Alice no era de fiar, y ahora me arrepiento de haber insistido en que la Taberna sería un buen lugar para quedar en nuestra NO cita.

Me adentré en la playa aguantando mis ganas de llorar, no iba a derrumbarme otra vez. Pronto el gélido contacto de mi piel con el agua me despertó de aquella pesadilla. Estaba sola, tan pequeña ante un mar tan grande. Suspiré dejando que una lágrima resbalara por mi rostro hasta caer al mar. Con lentitud me senté sobre la arena húmeda, sin dar importancia a que mis vaqueros cortos se mojaran o se llenasen de arena. Sentía su presencia cerca de mi, pero era imposible que estuviese aquí, quizás sólo son imaginaciones mías causadas por la añoranza. Abracé los rodillas y oculté mi rostro entre ella, esperando a que saliera el sol y tuviese que volver a esconderme.

La débil brisa mecía mi pelo y me confundía, haciéndome sentir que él yacía tras mi espalda, abrazándome.. protegiéndome.. Pero él no estaba ahí, y yo no estaba dispuesta a alzar la mirada para comprobar que seguía sola, que Alice había logrado arrebatarme lo único que parecía alegrarme. Maldije en silencio dejando que más lágrimas se mezclasen con el agua salada que ya había empapado mi ropa. Noté como la arena se movía bajo los pies de alguien, no le di importancia hasta que esos pasos se pararon a mi lado, a unos metros de mi.

Alcé la vista, pero por suerte el estaba detrás mía, no pudo ver las pocas lágrimas que no se habían mezclado todavía con el agua del mar, limpié con cuidado mis lágrimas, esperando que él no se hubiese dado cuenta. De una forma o otra me sentía acorralada, ya no podía seguir huyendo. Había faltado a clase, había pasado noches y días lejos de esta ciudad, vagando sin un rumbo fijo. Al fin me levanté y me di la vuelta buscándole pero sin alzar la mirada.

- T..suki... - Susurré incredula al comprobar que si estaba. No había sido mi imaginación.

Bajé la mirada rápidamente, no quería verle, quería salir corriendo, volver a esconderme, lograr que mi vida se acabara.. Pero nada de eso era posible, no me arriesgaría a salir corriendo por segunda vez, estaba ver él podría seguirme. Él empezó a gritar, no pude adivinar que iba a pasar eso, mi corazón se encogió produciendo en mi un intenso dolor. Unas lágrimas cayeron por mi rostro pálido, a traición pues lo último que quería hacer era llorar.

- No es.. asunto tuyo lo que haga o deje de hacer aquí... - Protesté sin alzar la voz demasiado. "No lo necesitas" "No lo necesitas" "No lo necesitas" Me repetí a mi misma una y otra vez. "No lo necesitas..." "¿Lo necesitas?" Nada dentro de mi tenía sentido ya, estaba demasiado confusa. El agua seguía golpeando mis piernas y recogiendo mis lágrimas, guardándolas en algún rincón del inmenso mar que ahora quedaba a mis espaldas. Tsuki dio unos pasos hacia mi, pero no me molesté en alzar la mirada, simplemente me tambaleé hacia atrás, sin llevar a retroceder.

- ¿Motivos..? ¡¿Ahora está justificado besar a una "amiga" delante de tu no...?! - Mi voz se había elevado demasiado en comparación con el tono que solía usar, había hecho notar que no creía que Alice fuese su amiga pero.. ¿iba a decir novia? No terminé la frase, un rubor apareció en mi pálido rostro, o eso me pareció a mi. "No es tu novio" Protestó una parte de mi mientras la otra decía justo lo contrario.

Le agradecí que hubiese pasado por algo aquel pequeño fallo, aunque no le dije nada, ni siquiera le miraba todavía. Para mi sorpresa Tsuki se acercó a mi y me pidió perdón, después limpió las lágrimas que habían caído por mis mejillas. La situación me sobrepasaba, no podía... él no podía verme llorar.. Froté mis ojos con los puños obligándome a parar de llorar, sin hablar. ¿Qué podría decirle?

¿"Te quiero Tsuki"? ¿"No quiero que nada nos vuelva a separar"? No.. ninguna de esas frases me parecía adecuada, no ahora al menos. Ya había intentado antes decirlo, ni siquiera en la soledad de mi habitación había terminado aquella odiosa frase "te quiero"... ¿por qué es tan difícil de pronunciar? ¿Por qué siento que necesito estar a su lado? Sin previo aviso me eché a llorar abrazándome a él, ocultando mi rostro en su pecho.

Intenté decir algo, pero ni yo misma sé lo que me parecía una compleja frase que no fui capaz de pronunciar. Seguí llorando abrazada a él, sin hacer ningún otro movimiento, sin separarme de él. No pude comprender porque lloraba, tampoco porque me había camuflado en sus brazos cuando pasé días evitándole.

Su voz volvió a sonar en mi cabeza, "lo siento" creí haber oído, pero no dije nada, seguí escondiendo mi rostro en su pecho sintiendo como él me rodeaba con sus brazos, un extraño y cálido frío me invadió al quedar cobijada entre sus brazos, me gustaban esos abrazos. El agua seguía mojando mi ropa y, debido al viento, parte de mi pelo, pero no le di importancia. Él se alejó unos milímetros de mi para poder mirar mis ojos, que tenían una tonalidad similar al mar y estaban cubiertos por las lágrimas, y después habló. Yo cabeceé dudando, nada... no había nada que pudiera decir, las palabras no salían de mi boca.

Pronto volví a estar entre sus brazos, sollozando de forma leve, casi imposible saber si seguía llorando. Cogí airé para aguantar mis lágrimas y, tras unos minutos ya hube controlado mis lágrimas. - N..nada.. - Me alejé de él avergonzada. - No.. tienes que hace nada... Akasha no era la chica tímida y enamorada que yacía en el agua, al lado de Tsuki.. Akasha era otra chica, una chica que parecía haberse perdido.

Me sentía tan estúpida.. Llorando en los brazos de quien hace unos minutos que no deseaba volver a ver. Tsuki había comenzado a acariciar mi cabello, que caía en cascada sobre mis hombros, tan desaliñado como siempre. Me separé un poco de él, lo suficiente para dedicarle una pequeña sonrisa y limpiar mis lágrimas antes de volver a ocultar mi rostro.

Su voz parecía tan irreal, tan lejana a mi.. Y sus palabras eran aún más extrañas.. "Te quiero" ¿Cómo debía contestar a eso? ¿Yo también? Dudé unos segundos antes de regalarle un tímido beso en la mejilla, tras el cual volví a mi antigua posición. ¿Le había perdonado? Quizás.. Quizás nunca le sea capaz de guardar rencor, quizás huí porque sabía que si me quería me encontraría.. quizás fui estúpida o simplemente me dejé llevar por la inseguridad que me proporcionó mi padre.

La marea había subido mientras había permanecido allí, sin ver nada más que la oscuridad de su camiseta, aunque yo no le había dado importancia, ahora el agua empapaba mis pies y casi rozaba mis rodillas.

- Siento haber salido corriendo.. - Susurré aún oculta.

El mar y el viento rompían aquel extraño silencio que nos inundaba y parecía no querer irse. ¿Debía hablar? Seguí abrazada a él, pero ahora no tenía oculto el rostro, sino que dejaba que mi rostro se viese levemente. Mi voz sonó débil - Hace frío.. ¿no? Acto seguido me alejé de él un poco para sentarme otra vez y quedar prácticamente bajo el agua. Una inmensa masa helada me acogía mientras observaba la imagen de Tsuki, parecía desaliñado, cansado y tenia arena en su rostro. Su aspecto concordaba poco con él, pero para mi su sonrisa era la más perfecta de todas las que había visto nunca.

Mi mirada estaba perdida mientras recordaba la noche que pasamos en el cementerio, bajé la mirada avergonzada tras esos pensamientos. Me sentía rara a su lado después de haber pasado tanto tiempo huyendo de él. Ahora me sentía tan culpable, lo había abandonado por segunda vez. Me acerqué a él y le sonreí levemente, pidiendo disculpas con mi mirada. Me quité la camiseta dejándola en la arena - Está muy mojada.. - Me justifiqué al volver a encontrarme con sus ojos interrogantes.

El sonido de las olas me transportó a mi infancia, a las visitas a la playa y a las escapadas con amigos que solía hacer.. Ahora todo me parecía tan lejano... tan irreal que me dolía pensar que hacía tanto que había perdido a aquellos amigos que tan leales consideraba. La gente cambia.. o quizás no y siempre fueron así.. siempre buscaron la oportunidad para traicionar a aquellos con los que tantos momentos habían compartido.. Escoria..

La voz de Tsuki me despertó de mis sueños y yo sonreí disimuladamente cabeceando en señal negativa - Si no me deshago de la ropa mojada el frío aumentará.. Parece mentira que no lo sepas. - Mi voz adoptó un tono burlón pero a la vez cariñoso. Su mano se deslizó hasta mi cintura, mientras se acercaba a mi.. Su boca se aproximo a mi oído lo suficiente como para que pudiera oír el leve susurro en el que se había convertido su voz.


Me alejé un poco de él para inspeccionarlo durante un segundo y después llegué mis manos a su cuello, bajando lentamente para hacer caer su chaqueta, la chaqueta cayó junto a mi camiseta porque, disimuladamente había hecho caminar hacia atrás a Tsuki. Después de eso volví a dar unos pasos para quedar casi cubierta por el agua, no me molestaba el frío, tampoco el hecho de estar semi-desnuda... En aquel momento todo parecía volver a ser tan bonito como lo había sido días antes.

El vampiro propuso una carrera, yo no contesté al instante.. Me quedé mirándolo sabiendo que sería imposible que le ganara. Sin decir nada eché a correr en dirección al agua, con algo de dificultad. Cuando llegué miré hacia atrás para ver a Tsuki acercarse, le dediqué una leve sonrisa tras haber mojado mi cabello. Nunca me gustó mucho la arena de la playa, tampoco la sal, pero estar allí con él cambiaba las cosas..

- He ganado. - Le susurré cuando estuvo cerca de mi, el agua me obligaba a caminar de puntillas, pues de lo contrario el agua cubriría mi boca. Rodeé su cuello con mis brazos, poniendo como escusa mi baja estatura y la necesidad de apoyarme en algo. - Ahora exijo mi premio Ladeé la cabeza sonriendo, mi rostro quedaba a unos centímetros del suyo, pude notar su respiración.

Abrazada a él la temperatura parecía subir un poco, ya no sentía frío a pesar de no llegar camiseta. Mis ojos claros estaban fijos en los suyos, tan oscuros y misteriosos como el primer día. Su maquillaje estaba emborronado, por lo que con un poco de agua y con mucho cuidado limpie su rostro, dejándolo libre de tierra y de delineador negro.

Los brazos de Tsuki rodearon mi cintura mientras yo limpiaba la arena y los restos de maquillaje de su rostro, cuando terminé de limpiar su cara dejé caer mi mano, apoyándola en el pecho del vampiro. Sus fríos labios rozaron los míos durante unos segundos que me parecieron demasiado cortos. Todo el dolor que me invadía hace unas horas se había desvanecido, el agua del mar se lo había llevado lejos, tan lejos que sonreí ante la idea de que jamás volviera.

Sus labios se acercaron a mi para susurrar algo, yo me alejé un poco sin deshacer el abrazo, alcé una ceja mirándole fijamente durante unos segundos. - Mmm.. como recompensa quiero ver como de original puedes ser. Sonreí con algo de picardia mientras volvía a unir nuestros labios. Cuando volví a separar nuestros labios le dediqué otra sonrisa inocente, infantil.

"Te..." "Te quie..." Era incapaz ni de decírmelo a mi misma, en mi interior comenzaba una batalla entre lo que la gente llamaba amor y mi mente.

Tsuki quedó pensativo unos segundos, probablemente buscando algo con lo que poder obsequiarme, realmente no quise que hiciera nada, pero no tuve tiempo para protestar, pues él ya había pensado algo, algo para lo que debía esperar. La intriga y la curiosidad se apoderaron de mi.

- ¿Esperar..? Murmuré algo confusa, ¿en qué estaría pensando? Maldije en silencio el no poder entrar en su mente, poder leerla y averiguar que estaba planeando. Sus labios volvieron a unirse a los míos, esta vez me sorprendió, pues estaba interrogándolo con la mirada. Tras unos breves segundos reaccioné devolviendole el beso, jugando con su camisa, como había una vez en aquel cementerio.

- ¿No me darás una pista..? - Pregunté mordiendo mi labio levemente, mirándolo con la típica cara que adopta una niña cuando a roto algo pero quiere convencerte de que fue otra persona.

Mi mirada fue directa al suelo seguida por un puchero, tal como lo haría una niña para conseguir lo que quiere. Él no iba a darme una pista y yo lo sabía, pero no podía evitar actuar así, quizás simplemente lo hacía porque la curiosidad era demasiado fuerte. A pesar de mi fingido e infantil enfado no quise dejar de jugar con su camiseta, una señal de que no me había enfadado realmente.

Tsuki apartó otra vez el pelo de mi rostro, yo volví a alzar la mirada para encontrarme con sus ojos, que a pesar de ser oscuros me trasmitían una extraña tranquilidad. Sus labios rozaron mi mejillas en un beso lleno de ternura y después sus brazos me rodearon. En ese momento dejé caer mis brazos para después poder abrazarme a él, sonreí mientras cerraba los ojos.

- No me importaría pasar toda mi vida entre tus brazos.. - Murmuré de forma inconsciente, quería estar con él, por algún motivo no quería separarme de él.. Y no era amor, eso jamás existió.. Al menos para mi.