Viento, hojas y una chica. [Clase Habilidades-Privado]

Respiro profundamente mientras me encamino al bosque. La profesora de la clase de Habiliades había mandado controlar, por lo menos, un elemento o habilidad física, si no; suspenderíamos. Decidí comenzar con la clase de Aire. Siempre fue mi elemento favorito. No tiene por qué ser tan complicado. Cierro los ojos, tranquila y serena. Sonrío y dejo mi cabeza caer hacia atrás, dejando mi mente el blanco, liberando el pensamiento y concentrándome. Me enderezo y abro los ojos, más calmada, sin nervios y decidida a hacer mover esas hojas.

Dejo una de mis orejas al aire libre, pasando todo mi cabello a un lado del cuello. Toco la punta de mi oreja y compruebo que no hay nadie, escuchando sólo ruidos de animales y esos sonidos propios de un bosque. Camino hacia el corazón del bosque, arrastrando mi mano por las enormes hojas y las flores del bosque. Tocando los troncos y sintiéndome cada vez más cerca de la naturaleza. Respiro por la nariz y acelero hacia dentro del bosque. Llego a un claro, donde hojas de todos los colores se agrupan y son protegidas por un enorme árbol. Asiento y me coloco.

Intento volver al estado en el que me encontraba, olvidando que es una clase, olvidando a Athna, olvidando las animadoras. Olvidando todo, excepto el aire. Coloco mis brazos pegados a los laterales de mi cuerpo. Abro las manos y cierro los ojos. -Aeris control- pronuncio clara y severamente.

Subo las manos y abro los ojos, esperando un buen resultado. Las hojas se mueven, y se escucha una pequeña ráfaga de viento al igual que provoca que mi pelo ondee. Pero era una brisa, un viento débil. Necesito más. Respiro profundamente, animándome por dentro. Sé que puedo hacerlo. Vamos, no es tan difícil.

Me concentro, y esta vez, en vez de cerrar los ojos, me coloco una venda que llevo en el bolsillo por si acaso. Pongo mi cabello en la misma posición que antes, para escuchar mejor. Pego los brazos a mis laterales y abro las manos de nuevo. Esta vez, con más fuerza y centrando mis cinco sentidos en el aire y la naturaleza, pronuncio el hechizo.

-Aeris Control- digo con la voz más segura y más seria

Me levanto la venda rápidamente. Nada. Mucho menos que antes, una brisa muy suave. ¡NO! Golpeo el suelo con mi pie y me concentro de nuevo. Respiro. Dejo la mente el blanco, esta vez, sin pensar siquiera en el aire. Dejo que por mi cuerpo recorra la paz, la tranquilidad. El silencio de una mañana de domingo. El sol ilumina más el claro, y parece como si los animales estuvieran esperando, observando mis resultados. No me siento intimidada, y mucho menos nerviosa.

Suspiro un par de veces y me coloco de nuevo la venda. Esta vez, me descalzo y me cubro los pies de hojas, para conectar todavía más con la naturaleza. Espero unos segundos a que el viento natural se calme de tal forma, que si lo logro, lo notaré. Me toco la parte puntiaguda de la oreja. Cierro los ojos, aunque estén debajo de la venda. Me toco el collar, que tiene una forma donde hay un triángulo. Está atravesado por una línea horizontal, media de color blanco y media de negro. Me lo regaló el médico cuando me detectó el "Trastorno de personalidad múltiple". Iba a terapias pero... Athna nunca se quiso ir.

Dejo de pensar. Adopto mi posición y me concentro al máximo. El sol me ilumina, lo sé por el calor que irradia. Abro los puños, intento no intranquilizarme. Sabes que todo va a salir bien. Aunque lo intentes diez mil veces, alguna de esas, será la buena. Estoy segura que hasta Athna está concentrada. Es el momento cuando no somos dos chicas, si no una. No somos Ariat y Athna. Somos "Nostras"

-Aeris Control- pronuncio.