Buscando retos {Mariah}

En cuanto comenzaran las clases desearía que me partiera un rayo. De veras... estaba algo ida de las cosas y seguramente dejaría los trabajos para casi el final, saldría volando por doquier a conseguir materiales y con suerte estaría demasiado dormida, recogería una planta venenosa y mataría a todos los novatos en mi clase y con muchísima más suerte me salvaría de la explosión. En fin, mejor hacer las cosas como se debían o yo misma me miraría a un espejo y daría el golpe final.

Y como de costumbre, vestida y lista para salir volando por la ventana de mi cuarto hacia el bosque ¿Qué otro lugar iría sino este para conseguir hierbas para las pociones? En una de esas encontraba una que me dejara ciega y sorda por un buen tiempo así ignoraba a todo el mundo a mi alrededor y podía disfrutar de la vida tranquila, pacifica, derrochando destrucción a montones y escuchando los gritos de mis estúpidos alumnos a la hora de encender el salón de clase. Uhh si, diversión asegurada.

Unas horas y tenia una bolsa llena de todo tipo de cosas, incluso una cosa llena de agujas que había olvidado su nombre pero que vendría conmigo de todos modos. Estaba sobrevolando el bosque, yendo a la parte más honda donde las mejores plantas estaban -al igual que las criaturas salvajes pero da igual-, me fui tan lejos que llegue al pantano y vi una cosa amarilla que reflejaba la luz del sol "Uff sáquenme eso de enfrente o me daré contra un árbol". Exageraba lo sé pero por las dudas y no llevarme nada puesto descendí. -Uhhh mira a quien encontré por aquí ¿Quieres una mala nota Jill- Me reí descaradamente que a fin de cuentas su clase me divertía incluso a mí, con todos esos chicos asustados hasta la columna. -Déjame adivinar, ¿preparando cosas para los novatos?- Sonreí de soslayo mientras depositaba mis pies en la tierra.

Soltaba risitas parecidas a las de una niñita de no ser porque en conjunto con mi voz, todo sonaba más espeluznante y maléfico. Jill, siempre queriendo llamar la atención... y después decían que mi clase era la divertida JA! si como no, esa no me la trago ni aunque fuera un angelito de alas blancas y le lamiera los pies al director... mejor me callo que me voy por las ramas de rabia.

-Tu siempre igual, ¿acaso esperas el trofeo a la mejor clase, o a la profe mas maja? Cariño, tu clase será todo lo que quieras pero no te darán nada si haces que se meen encima- Coloqué una mano en mi cadera, era pura broma lo mio. Estar en las clases de Jill tanto participando del espectáculo que solía organizar para sus alumnos como ser parte de la pila de chicos traumatizados era todo un orgullo y admito que era una de las pocas cosas que adoraba de este sitio.

-Espero que me incluyas, ya sabes, puedo darle un toque extra a este oráculo. Voces en sus cabezas, algo que les pase por el hombro... invocar espíritus, ya sabes- Moví mis dedos como si quisiera hacerme pasar por un fantasmas o tratase de asustarla... A esta chica lo único que podría asustarle podría ser el tener que limpiarle el culo a sus alumnos. La seguía a unos pasos detrás nada más, para poder admirar este lugar pero no sin largarme a reír a carcajadas cuando dijo aquello ultimo. -Jill, haces que un ángel como yo parezca una hormiga en comparación tuya... ahhh, hace tanto que no me divierto a costa de nadie- Suspiré con voz lastimera algo sobre actuada para que me dijera "Bueno, venga esta bien ayúdame a ser la pesadilla de mis alumnos" o algo parecido.

-Hubiese preferido que fueras a la de modales, o cocina tal vez... Yo muchas pociones pero la comida no es mi fuerte y me muero de hambre ahora- Dramatice, pero era cierto!. Yo era enemiga mortal de un plato de espaguetis.
Uno diría, ¿quien mierda se pasea por un pantano con zapatos de tacón? Pues yo y siempre seria así. Que yo siempre andaba a la moda y ademas si ocurriese algo o tuviese que cruzar un charco pues para eso estaban mis alas, para pegar un salto más largo y flotar y flotar.
Daba pasos algo atrevidos, con las manos dentro de mi chaqueta y como siempre unos pasos atrás de Jill. Vi que sacaba algo pero ni idea que había escrito así que lo ignoré.
-Si, tu siempre tan egoísta... ¿No sabes compartir?- Dije con voz algo sarcástica pero bien visto que era broma.

-No te lo pienses mucho que puede que me salgan arrugas- Agregue, saltando y apareciendo enfrente de ella, en otra columna bastante mal trecha. Este lugar sería de ensueños y pesadillas a la noche. Que ganas de estar aquí cuando los alumnos lleguen. -¿Ah si? ¿ Cómo qué, drogas tal vez? Sabes que eso lo consigo fácil, vivo rodeada de plantitas con toda clase de efectos. Si quieres ver elefantes rosas puedo conseguirte ya mismo la indicada- Sonreí de costado, algo picara y soberbia. Batí mis alas un poco e hice volar el polvo a mi alrededor mientras bajaba y me paraba en el centro del oráculo. Había marcas en el suelo de desgaste y viejas runas que una vez pudieron traer de otro lugar a algo o alguien.
Sonreí de oreja a oreja, dejando ver que claramente podía con eso y más. -No te limites, puedo aparentar cualquier cosa que se te ocurra ahora. Incluso tengo una poción que sirve para que me vean y crean ver lo que más les asusta. Joder Jill, mi clase es mucho mejor que la del libro ese del tal Popper o Poter o como sea que se llame- Sí señor ¿quien dice que los brujos son los mejores eh? e.e

-Jjaaja, cuando se me ocurra cambiarme de bando o al menos pararme en el centro de la linea y ser bisexual serás la primera a quien llame- Comenté al aire pero mirándola con una sonrisa ladeada. Esta mujer tenia una mente muy pervertida ¿pero acaso yo era alguien quien podía juzgar a los demás? Yo era una persona demasiado sádica así que yo que Jill tendría cuidado conmigo que me da más un orgasmo el ver la sangre correr que ver cientos de hombres perfectos desnudos todo hay que decirlo. -Uhg pasta, mi nemesis- Comenté mientras pateaba una piedrita luego de bajar de la columna.

-Dice que si eres mala persona todo te vuelve así que más vale que compartas egoísta- Y acto seguido resbalón monumental y creo haber escuchado un crujido aunque no sabría decir si fue el suelo o el culo de Jill. -JAJAJAJAJAJAJ, ¿ves, qué acaso no lo acabo de decir? Te lo mereces mala bruja- Risita malévola queda y luego silencio de nuevo, aunque aún se veía una sonrisa divertida en mi rostro.

-Emm no gracias, comienzo a reconsiderar el ayudarte, ya hasta das miedo mujer- Di un paso atrás y mi zapato se atoró en una grieta, genial ¬¬. -Sí puedo hacer eso y más tú solo dime que quieres y lo haré pero el doble de mejor... Y no se te ocurra saltar con alguna de esas estupideces tuyas como por ejemplo que te coma, no te olvides que puedo leerte esa cabeza pervertida que tienes- Saqué mi pie del zapato y luego tuve que agarrar el zapatito y jalar con fuerza que el muy obstinado se había atrancado bien y no quería salir.
Hice un ademan con mi mano para que se acercara y viera el suelo, había marcas muy resientes de uso. -¿Ya has estado aquí antes?- Me agaché y pasé mi mano, estaba el suelo mugroso pero había algo más en esto ademas del polvo de los escombros.