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Cualquier robo, plagio o intento de este será denunciado rápidamente a Foroactivo, a parte, la administración tomará las medidas que ellos vean necesarios para cada situación.
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Primera entrega: NOCHE DE OUIJA
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Primera entrega: NOCHE DE OUIJA
Varias velas de diferentes tamaños y colores colocadas estratégicamente por distintos puntos de la vieja y mugrienta buhardilla situada en lo más alto de la casona abandonada al norte de Longview, proporcionaban la escasa luz al lugar dando una visión de ello bastante tétrico y lúgubre. Decenas de sábanas adornadas con una notable capa de polvo y pelusas tapaban los antiguos muebles que en su día fueron parte del decorado de la habitación, cientos de sombras danzaban en todas las superficies con alegría y energía como si siguiesen una extraña danza trival indígena. De vez en cuando la buhardilla quedaba totalmente iluminada por décimas de segundo gracias a la luz blanca proveniente de una potente descarga eléctrica que acompañaba a la abundante lluvia que estaba cayendo en el exterior y cuyo sonido era el único ruido que se podía escuchar adentro, en la mansión.
- Estas se han rajado.- dijo una voz masculina bastante joven desde una de las esquinas de la sala. El mismo que había hablado se levantó del suelo y comenzó a pasear por el piso provocando que los tablones de madera del suelo crujiesen a cada paso que daba.
- Paciencia Joe, estarán por llegar.- contestó otra voz un tanto más relajada pero más grave y un poco ronca. El dueño de la voz era un chaval de unos 21 años aparentemente que estaba apoyado de medio lado contra una de las grandes ventanas por la cuál echaba alguna que otra mirada de vez en cuando buscando el menor indicio de movimiento al otro lado mientras se liaba un porro de hachis casi a ciegas. Joel se puso delante de Brandon con una expresión mezcla de miedo, inseguridad y sorpresa ante la calma de su compañero.
- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?.- puso las manos en jarras. - Sabes de sobra que no se nos está permitido venir aquí de noche aunque sea viernes. ¡Como nos pillen estamos muertos!.-
- ¿Y cuándo no?.- respondió Brandon riéndose en silencio a la vez que movía la cabeza de forma negativa. Se llevó el filo del papel de liar con el contenido bien enrollado para que no se le cayese ni un ápice e hierba y deslizó la punta de la lengua humedeciendo toda la zona para después presionar un poco en el papel y que quedase bien pegado, terminando así su preciado cigarro que no tardó en encender y darle la primera calada. - Chorradas.- agregó antes de sumirse de nuevo en el silencio. Joel pareció darse por vencido, no iba a sacar mucho del otro asi que decidió que era mejor buscar algún entretenimiento por la buhardilla antes de que un ataque de pánico le apresase y saliese corriendo de allí y volviese al internado. Para su suerte no tuvo que esperar mucho porque minutos después aparecieron en la sala tres chicas de alturas diferentes, dos de ellas eran rubias, la tercera y más bajita era morena y tenía los ojos vendados por un pañuelo.
- ¡Ya estamos aquí chicos!- anunció Diane, la chica rubia de estatura intermediaria entre las otras dos, y la más positiva y energética de todos los que se hallaban allí en aquel momento.
- ¿Os ha seguido alguien?- interrogó Brandon despegándose de la ventana con el cigarro en la boca yendo hacia las chicas para saludarlas con dos amistosos besos en las mejillas. - Bien...- murmuró cuando atisbó las negativas de las dos chicas rubias con la cabeza. - Sentadla por ahí para que no se golpee con nada, no tengo ganas de marearme con su asquerosa sangre.- Brandon era un vampiro y, aunque le gustaba tontear con sus ligues bebiendo un poco de su sangre, se moría de asco con solo ver a Bianca, la chica morena que aún seguía con los ojos vendados. La pobre era una completa marginada, una perdedora allá en el internado que siempre andaba marginada por todo el mundo a pesar de tener una hermana de lo más popular, claro que, al lado de Diane y Samantha, dos chicas de élite la mar de populares, perdía mucho más de lo habitual.
- ¿Do..dónde estoy?. ¿Qu..qué vais a ha..hacer conmigo?.- tartamudeó Bianca en cuanto Samantha la hubo quitado la venda de los ojos y pudo comprobar por sí misma que ya no se encontraba en ningún lugar reconocible del internado o de los exteriores que ella hubiese pisado antes, eso explicaba también el hecho de que la hubieran hecho andar durante ni se sabe cuanto tiempo bajo la lluvia que había empapado toda su ropa.
- Tranquila Bi, todo está bien.- dijo Samantha con su dulce voz de niña buena. - Vamos a jugar todos a un juego y si pasas la prueba formarás parte de nuestro grupo de populares.- explicó con una angelical sonrisa en el rostro disimulando la falsedad de sus palabras. Di y ella la habían traído de acuerdo con Brad para gastarla una buena broma que la marcaría por el resto de su vida y que ellos pudiesen pasar un buen rato a su costa. Algo cruel pero que hacían muy a menudo con cualquier perdedor del internado sin el más mínimo arrepentimiento.
Los cinco se sentaron en círculo en el suelo donde había una mayor superficie vacía para que cupieran los cinco dejando un espacio libre frente a ellos donde Brad colocó un trozo rectangular de cartón, desenfundó un rotulador permanente de color negro y se dispuso a escribir y dibujar todos los elementos que componían una ouija board mientras Diane se encargaba de darle la suficiente luz como era posible con una vela para que él pudiese ver con claridad. Bianca trató por todos los medios de que la dejasen marchar, no la hacía ninguna gracia estar allí con esas personas y mucho menos que la obligasen a ser partícipe de algo tan peligroso como era jugar a la ouija, pero los demás chicos no parecían estar dispuestos a dejarla marchar e incluso llegó a recibir alguna que otra amenaza por parte de Brandon. No obstante, atisbó una pequeña centellada de remordimientos en los ojos de Joel que era el más blando de los chicos junto a Samantha por parte de las chicas. Intentó camelárselo mediante la razón diciéndole, entre otras tantas cosas, que no le diría nada a nadie de lo que estaban haciendo, mucho menos, que se habían escapado del internado para llevar acabo aquello. Pero de nada sirvió, todos sus esfuerzos fueron en vano. Cuando terminó de dibujar Brad depositó el tablero en el suelo, en el hueco que habían dejado en el centro de todos. Diane también dejó la vela en su lugar indicado formando una de las 5 puntas de la estrella que habían trazado con las demás velas, otro dibujo que formaban las restantes velas, sin contar las que andaban esparcidas por toda la sala, era el círculo que los envolvía varios pasos atrás del círculo humano que hacían los alumnos sentados en el suelo de madera vieja.
Todos se miraron antes de empezar, cada cual con un rostro diferente que denotaba el hilo de los pensamientos que aparecían en sus cabezas: Brandon era, junto a Diane, quien estaba más tranquilo con una sonrisa en el rostro fumando su porro como de costumbre. Él no creía en tonterías de la ouija y los espíritus, esas chorradas solo pasaban con estúpidos humanos que se dejaban amedrentar por algún demonio o fantasma con ganas de juerga que rondaba por el lugar afortunadamente cuando los humanos decidían jugar a ser dioses abriendo ficticias puertas al más allá. A su mano izquierda se encontraba Joel que, aunque trataba de controlar su sonrisa nerviosa, no podía fingir del todo su preocupación por si todos aquellos rumores malos sobre el tedioso juego eran ciertos... ¿Y si aquello era malo y les pasaba algo por cabezotas?. De todas formas no podía ni quería quedar mal ante Brad, se quedaría a jugar hasta el final, con suerte las cosas salían bien y pasaban una agradable noche, a parte, Diane estaba con ellos y con la tontería podría intentar llegar a algo más con ella. Uno nunca sabe lo que puede llegar a pasar... Bianca precedía a Joe, ésta trataba de buscar con la mirada alguna salida lo bastante próxima a ella que le permitiese escaparse de allí antes de que los otros reaccionasen pero lo tenía bastante difícil dado a lo rápido que eran los chicos y lo patosa que era ella. Su cara de horror era todo un cuadro y expresaba exactamente lo que estaba sintiendo en aquel momento; A su lado se hallaba su captora, Samantha, quién la mantenía agarrada por una muñeca para asegurarse de que Bi no escapase mientras se empezaba a cuestionar mentalmente si hacían bien o mal trayendo a Bianca contra su voluntad y sometiéndola a este juego macabro que poco a poco ya no la iba gustando tanto pero prefería quedarse callada. Por último, entre Sam y Brad se hallaba Diane que sonreía felizmente entretenida y ansiosa de empezar con el juego. Ella tampoco creía en los supuestos espíritus que salían de la ouija y hacían mal a todo aquel que había participado en la sesión.
- Poned el dedo índice de la mano derecha en el culo del vaso.- ordenó Brandon mientras se encargaba de poner un vaso cualquiera de cristal en el suelo boca abajo y posaba su dedo correspondiente en el culo de este, todos los demás le siguieron, algunos se lo pensaron más que otros pero al fin y al cabo terminaron colocando sus dedos. - Si hay algún espíritu al otro lado que quiera comunicarse con nosotros que lo haga ahora..-
- O calle para siempre.- interrumpió Joel rompiendo en carcajadas junto a todos los presentes. Brad hizo un amago de reírse pero prefirió centrarse en el juego.
-Muy gracioso Joe.- rodó los ojos. - Apuesto una caja entera de Desperados* a que cuando un espíritu aparezca y te haga mearte encima no te harás tanto el gracioso.- volvió la vista al tablero improvisado con trozos de papel y comenzó la sesión del juego llevando la voz cantante. Recordando todos los pasos que le había enseñado Ian hacía días antes cuando habían planeado juntos este momento fue formulando de forma correcta todas las palabras en el orden correcto para llamar a los espíritus pero, como era de esperar por la mayoría de los participantes reunidos en la buhardilla de la vieja mansión, el vaso no se movió ni un ápice de su posición inicial. Todos se miraron entre sí; Brandon mantenía el rostro serio centrándose de lleno en el juego como si mantuviese la fe en que el vaso se movería así como así aunque en su interior sabía que aquello era prácticamente imposible, la ouija para él era una estafa como la mayoría de los supuestos fenómenos sobrenaturales. Diane sonreía alzando una ceja mirando uno por uno a sus compañeros poniendo en duda aquella tontería que estaban llevando acabo, una completa pérdida de tiempo que podían estar utilizando para otras cosas. Joe se mordía el labio nervioso mirando los dedos apoyados en el culo del vaso invertido sin saber muy bien qué pensar, bastante tenía con aparentar normalidad cuando estaba cagado de miedo. Sam también estaba asustada y era visible en su rostro pero, al igual que Joel, no quería mostrarse débil ante el resto, además, Di se estaba riendo eso significaba que nada podía ir mal, aquello no era mas que un simple juego. Y Bianca no hacía más que tragar saliva cada dos por tres, algo en su interior la estaba avisando de que aquello no estaba bien, que no deberían de estar jugando con cosas como esta. Quería apartar la mano del vaso, ponerse en pie y salir corriendo de allí pero tenía miedo de las consecuencias que aquello podría acarrearla.
El tiempo transcurría sin que surgiese ningún efecto, estaba claro que el vaso no se iba a mover de su sitio por más que Brad repitiese una y otra vez si había allí algún espíritu que quisiera hablar con ellos y que se manifestase. La paciencia de Diane se agotó y decidió interrumpir a Brad sin apartar aún el dedo del vaso pero con la clara intención de hacerlo nada más terminase de hablar:
-Venga tío vamos a jugar a otra cosa, esto es muy aburrido. Aquí no va a pasar nada.- hizo el amago de separar el dedo pero entonces algo sucedió, el vaso se movió un par de centímetros hacia su derecha formando un chirrido de cristal bastante desagradable de estos que hacen que te rechinen los dientes. Todos, excepto Brandon, reprimieron un grito de sorpresa y se echaron hacia atrás por inercia, pero por suerte nadie despegó su dedo índice del vértice del vaso. Brad aprovechó aquel momento de incertidumbre para preguntar a aquello que había movido el vaso cómo se llamaba, seguidamente el vaso comenzó a moverse de nuevo yendo de papel en papel hasta formar la palabra: Azrael, así se llamaba el espíritu con el que habían contactado. Lo siguiente fue preguntarle qué quería de ellos, la respuesta no fue bien recibida por el grupo que aguardaba en silencio con el corazón en la garganta y el miedo pintado en la cara. “Abriros en canal y devorar vuestras tripas” pudieron leer perfectamente juntando las letras que el vaso móvil iba indicando en su respectivo orden. El ambiente poco a poco iba tornándose tenso, las gargantas de los muchachos comenzaban a secarse y sus cuerpos eran todo un manojo de nervios.
-¡Sí ya, más quisiera!- se rio Diane tomándoselo a broma volviendo a reírse de la situación dada, no se tragaba nada de nada, seguro que era Brad el que se estaba haciendo el listillo y movía el vaso haciendo que los demás le siguieran. Incluso se atrevería a jurar que Joel estaba compinchado con él. Una repentina corriente de aire frío algo brusca silenció nuevamente la sala apagando todas las velas y dejándoles sin más que la poca luz proveniente de la luna y las calles del pueblo que entraba por los ventanales.
-¡A ti por hablar te reservaré para la última y verás como mueren los demás sin poder hacer nada, después te violaré y te mataré de forma lenta y muy dolorosa para que aprendas de una vez a respetar las cosas!- gritó una voz fría, grave y siniestra que sobresaltó a todo el mundo y forzó un grito desesperado de la rubia que soltó el vaso y se echó hacia atrás verdaderamente espantada mientras buscaba a tientas a su mejor amiga para abrazarse a ella, a su vez, Brad gritó a Joel que buscase los mecheros que andaban por el suelo para encender las velas y Bianca sollozaba hecha un ovillito. Una sombra reflejada en la pared de en frente de Joe recorrió de un extremo a otro la sala tan rápido que no dio tiempo a distinguir nada, ni si quiera se podía saber si aquello había sido real o fruto de la imaginación torturada de los pobres jóvenes en aquel momento.
-Mierda tío esto no me gusta nada, ¡he visto algo moverse!- gritó Joe al que le faltaba poco para mearse en los pantalones.
-¡¡Aaaaaaaah!! ¡¡Algo me ha tocado, algo me ha tocado!!.- gritó Sam pataleando con los talones en el suelo mientras Diane miraba en todas direcciones con los ojos bien abiertos sin poder ver nada en la oscuridad y la mantenía abrazada. Ella no había sentido nada… Un cuerpo frío y pesado cayó encima de ella dejándola tumbada en el suelo y separándola de su inseparable amiga del alma, comenzó a gritar dando manotazos a diestro y siniestro a aquello que tenía encima pero esto no parecía querer moverse si no que la tomó por las muñecas y la sujetó contra los tablones crujientes y roñosos de madera que componían el suelo.
-Me lo he pensado mejor. Me estás provocando y voy a violarte primero.- volvió a sonar la voz pero esta vez era distinta, ya no sonaba tan siniestra ni grave como la anterior… ahora era como mas común, mas… Las luces de la mansión se encendieron de golpe y hubo un pequeño estallido junto a una pequeña luz cegadora en un punto intermedio de la sala en la que apareció de golpe Ian haciendo uso de su poder para teletransportarse mediante la orbitación. Di pudo comprobar que quién la estaba sujetando por las muñecas y andaba encima de ella no era otro mas que Petter, más conocido como Pitt entre ellos, el imbécil hermano mayor de Brandon que se las pasaba alardeando de todo y buscando peleas. -¿Nos vamos a la cama cariño? Creo haber visto en el piso de abajo un buen colchón que tiene nuestros nombres dibujados.- se chuleó Pitt poniendo unos asquerosos morros para besar a la rubia pero esta reaccionó pegándole una bofetada a la vez que Joel se levantaba lleno de cólera y cegado por los celos en dirección a este dispuesto a pegarle un puñetazo.
-¡Seréis gilipollas!- se quejó Joe antes de que le interceptara Ian cuando fue a por Pitt pero le empujó dispuesto a encararse con el ángel oscuro aun sabiendo que llevaba todas las de perder porque Ian no dudaría en pegarle una buena tunda. -¿Os parece gracioso? ¡Pues a mi no me hace ni puta gracia!- estaba fuera de sus casillas.
-Eres patético.- respondió Ian rodando los ojos y cruzándose de brazos la mar de tranquilo. Joel se abalanzó sobre él tratando de golpearle pero Brad actuó de forma que consiguió separarle y sujetarle hasta que se tranquilizase.
-Sois idiotas…- murmuraron las chicas ya más aliviadas del susto que habían sufrido en pocos minutos.
Cuando todo volvió a la calma y el ambiente se destensó, Pitt e Ian contaron cómo habían montado todo aquello. Resulta que los dos hermanos vampiros y el ángel oscuro se habían compinchado para gastarles aquella broma que consistía en que Brad aparentaba no saber nada de aquello sirviéndoles como gancho, Pitt, aprovechando que estaba un par de cursos más adelantado al resto, había utilizado su poder telequinético para mover el vaso por la superficie y había usado su súper velocidad para moverse entre los componentes dejando tan sólo ver su sombra por las paredes. Ian había hecho la voz escalofriante bastándose de su habilidad telepática. Todos pensaron escucharla en alto pero al final había resultado que la voz sólo había sonado en cada una de las cabezas por separado pero a la vez, de ahí la variación de ultratumba que había quedado. En cuanto al por qué se habían apagado las velas era fácil de explicar, Ian había sacado sus alas sin que nadie se percatara y las había agitado fuertemente una sola vez para crear aquel soplo de aire.
-Mirad que sois inocentes. ¿Acaso pensabais que unos cuantos papeles con letras y números iba a tener la función real de una ouija?- siseó negando con la cabeza Ian. –No me hagáis de reír por favor. ¡Qué ilusos!- se burló mientras caminaba hacia la parte más oscura de la sala donde había permanecido oculto con Pitt mientras los demás llevaban acabo una falsa sesión de ouija para coger una verdadera ouija-board de madera maciza antigua pero a la vez bastante cuidada. Regresó con ella al centro donde estaban ya todos sentados nuevamente y apartó los papeles inservibles para ponerla en su lugar, entonces fue cuando todas risas se le borraron del rostro al percatarse por primera vez de la presencia de Bianca. ¿Qué hacía ella allí? Según el acuerdo que tenía con Brad, Bianca no debía de hallarse allí, ni si quiera se habían tomado la molestia de avisarle de que aquella pobre muchacha seria una vez más víctima de aquel grupito de populares sin escrúpulos ni límites. Respiró hondamente lanzándole una mirada de reproche a su colega y se sentó al lado de la morena, no iba a permitir que se sobrepasasen con ella más, y si su conducta les jodía, que le hubiesen contado antes los planes.
-Ian… No creo que sea bueno que juguemos con estas cosas…- susurró Bianca que ya había desecho la idea de escaquearse, era imposible. –Es mejor que dejemos esto antes de que tengamos que arrepentirnos de algo…- apenas hablaba en susurros y cabizbaja, apenada de que los demás abusasen de aquella forma de ella y de su inocencia.
-Estate tranquila, no va a pasarnos nada malo.- aseguró Ian tomándola de la mano cariñosamente y acariciándosela con dedicación y ternura mientras la miraba a los ojos. Bianca asintió indecisa pero se sintió segura y reconfortada por el trato que le daba Ian, a Di aquella escena no la hizo nada de gracia porque su rostro se tensó y apenas pestañeó mirando con odio a Bianca. Ian debía ser suyo antes que de ninguna, si Bianca conseguía seducir a Ian siendo tan poquita cosa sería un duro palo para ella, una gran humillante derrota para el orgullo. Eso no podía suceder, ella era mucho más guapa, más inteligente. En resumen, era mucho mejor que eso.
-Me pregunto quién andará ahora por ahí escondido para asustarnos.- dijo Samantha mirando desde su posición toda la sala que alcanzaba a ver desde su ángulo de visión aprovechando que ahora había la suficiente fuente de luz como para ver hasta el rincón más oscuro. Pero esto no duró mucho tiempo, Pitt se levantó para ir a apagar manualmente las luces mientras los dos vampiros se encargaban de ir encendiendo las velas más próximas con los mecheros, por lo menos las suficientes como para que les iluminasen los rostros y el tablero de verdad propiedad de Ian que tenía su propia plancha de acero. En cuanto Petter regresó al círculo de amigos y se sentó, Ian comenzó llevando las riendas de la sesión verdadera de ouija ya que era el que más creía en ello, por no decir casi el único, y el que más documentado estaba sobre el tema al ser tan forofo que rallaba el absurdo.
-Vale. Daros la mano y cerrad los ojos.- instruyó mirando uno por uno para comprobar si de verdad lo hacían. –Tenéis que relajaros, dejad la mente en blanco…-
-¡Dios mío, le ha poseído Satán. Este no es mi colega!- bromeó haciéndose el gracioso Pitt a lo que Ian respondió mirándole bastante mal y muy serio.
-Esto no es ningún juego, si vais a hacer el payaso avisadme que pillo el tablero y me piro por donde he venido.-
-Venga tíos. Si vamos a hacer esto vamos a hacerlo de una vez. Dejad las gracias para otro momento.- interrumpió Joel un poco cansado de todo, ya solo quería irse de regreso al internado y dormir. Brad le caía muy bien, de hecho eran mejores amigos pero su hermano Pitt.. eso ya era otro cantar. Simplemente prefería no estar allí donde él se pudiese encontrar, mucho menos bajo el mismo techo. Tras esta pequeña interrupción Ian volvió a repetir sus palabras para que los demás despejasen su mente, a continuación les indicó que colocase el dedo índice de la mano que utilizasen habitualmente encima de la plancha, cada uno en un extremo de esta sin presionar y cuando todos ya estaban más o menos relajados dio comienzo a la sesión.
-¿Hay algo o alguien que quiera contactar con nosotros?-
Esperaron unos segundos a ver si sucedía algo o se movía la plancha pero desgraciadamente no pasó absolutamente nada, simplemente se notaba en el ambiente la inseguridad de muchos de los componentes y el cachondeo de otros que se tomaban aquello a broma y no con la seriedad que requería. Ian volvió a repetir la pregunta:
-¿Hay algo o alguien que quiera contactar con nosotros?-
Lo mismo, unos segundos de espera y miradas que se cruzan nerviosas hasta que algo las distrae. Una suave brisa fresca, no tan basta como la que había provocado Ian con sus alas anteriormente, recorrió la sala haciendo titilar las pequeñas llamas de las velas encendidas que danzaban libremente modificando las sombras del entorno y provocando movimiento entre ellas. La respiración de los participantes comenzó a hacerse irregular, aquello no estaba para nada preparado aunque algunos pensasen que esto era otra tomadura de pelo como la anterior. Bianca pegó un grito de pronto y todos la miraron asustados, había visto una sombra desplazarse por detrás de los hermanos Cooper pero antes de que pudiese abrir la boca alguno la plancha se deslizó en un movimiento brusco hacia el SI dibujado en uno de los laterales de la tabla.
-¿Quién eres?-
La plancha comenzó a trazar sobre la tabla colocándose encima de cada letra hasta formar la palabra Audscias*.
-¿Es tu nombre?-
La plancha se desplazó al SI de nuevo.
-¿Qué podemos hacer por ti?-
La siguiente palabra compuesta por cada una de la letra que la plancha indicó fue JUGAR.
-¿A qué quieres que juguemos?- prosiguió Ian con total calma como si se dedicase a esto todos los días y ya tuviese experiencia en hablar con los espíritus, esto les hacía pensar a los demás que se trataba de una broma suya porque encima la conversación estaba siendo bastante cómica y entretenida. Realmente todos estaban ya convencidos de la broma y que aquello estaba empezando a ser entretenido. Después de todo no iba a estar tan mal jugar a aquello.
-Verdad o acción.- interpretó correctamente Samantha mirando con el entrecejo fruncido a Ian. ¿Desde cuando invocabas a un fantasma y este quería jugar a verdad o acción? Totalmente surrealista.
-¿Quién quieres que empiece?- preguntó Ian atento a leer el nombre que aparecería a continuación pero en vez de eso, la plancha simplemente se deslizó hacia Diane y todos la miraron con atención a ver qué elegía.
-Acción.- dijo sin pensárselo dos veces. La ouija le indicó que debía besar a Brad que sonreía con orgullo por aquella magnífica decisión de la que salía beneficiado. –No me creo nada, ¡lo estáis moviendo vosotros!- se quejó la rubia mirándolos seriamente con cara de pocos amigos.
-¿No eres tan valiente? Pues acepta las consecuencias.- respondió Brad con aires de vacilón haciendo muecas de burla para picarla. –Además, hoy es tu día de suerte. Es la segunda vez que me lavo los piños este año.- todos se rieron incluso Diane.
-Payaso.- murmuró ella negando levemente con la cabeza entre risas mientras se inclinaba hacia él sin apartar el dedo de la plancha y le pegaba un buen muerdo de esos que cortan el aliento. Por algo decían de ella que era una gran besadora. Joe apartó la mirada celoso deseando que hubiese sido él en vez de Brandon y haciendo estragos por no irse de allí en aquel momento mientras que a Diane le hubiese gustado que el chico fuese Ian. El siguiente turno fue de Ian que eligió verdad y tuvo que responder a la pregunta de “¿Verdad que eres virgen y nunca has tenido nada con una chica?” Su respuesta dejó perplejo a todos que al principio no se creían ni una sola de sus palabras y finalmente rompieron a reírse del pobre muchacho que pasó olímpicamente de todas las burlas. Les explicó que era así, él aún seguía virgen y nunca en la vida había dado ni un solo beso a una chica ni se había enamorado, nada de nada. Tampoco le causaban el más mínimo interés. Todos sabían que Ian era muy rarito en aquel sentido y que desde que lo conocían jamás lo habían visto con nadie pero de ahí a que no hubiese dado ni si quiera un simple beso…. Eso no se lo esperaba ninguno y si Diane ya lo tenía antes en su punto de mira desde ese momento aún más, incluso Samantha sintió un repentino interés de querer conocerle mejor y acercarse más al muchacho. Para Bianca, la siguiente en jugar, no fue tan bochornoso su parte aunque la costó horrores hacerlo ya que al principio se negaba en rotundo hasta que no la quedó otra que hacerlo. Ella tuvo que beberse un mini* entero de cerveza de sopetón cuando no estaba acostumbrada a beber alcohol. Llegó el turno de Joel que tuvo que desnudarse (quedándose en ropa interior) delante de todos al elegir también acción y lo pasó bastante mal al tener todas las miradas puestas en él, en especial la de Diane. Él había soñado con este día siempre pero estando a solas con la rubia no rodeado de tanta gente. Puede que Brandon fuera el que más disfrutara de todos cuando le tocó a él su participación en el juego y Audscias le dijo que debía fumar 5 porros a la vez en menos de un minuto, menos mal que era un vampiro si no lo más seguro es que hubiese muerto de sobredosis al instante pero al ser vampiro toda aquella cantidad de sustancia ilícita que hubo consumido en un momento le afectaría de otra forma distinta aunque también de forma negativa. En penúltimo lugar le tocó a Sam que eligió verdad al ver las cosas que los demás habían hecho al decir acción. Su pregunta “¿Harías un video porno montándotelo con tu mejor amiga aquí presente?” no dejó indiferente a nadie pues todos se quedaron flipados por su respuesta. Nadie se lo podía haber imaginado antes si no lo hubiesen escuchado de su propia boca. Respondió con timidez sonrojándose que sí, que estaría dispuesta a hacerlo con Diane y grabarlo para el público. Los hermanos Cooper y Joel metieron cizaña para que lo llevasen acabo proponiéndolas participar en el video a lo que Ian les dijo que lo que ellos querían era hacer una orgía entre todos y que el video solo lo ponían como excusa barata. Todos se rieron, se lo estaban pasando muy bien y las tensiones habían desaparecido del ambiente por completo. Ya solo quedaba Pitt y, lógicamente, llegó su turno. Trató de zafarse diciendo que era muy tarde y debían regresar al internado porque al día siguiente todos debían levantarse pronto aunque aún no tuviesen clase. Aquello no coló pues todos vieron claramente que lo que pretendía era escaquearse ahora que le tocaba su turno asique solo le quedó aceptar el hecho de que le tocaba. Decidió jugar a verdad ya que veía que era el camino más rápido para terminar con aquello porque podía responder lo que quisiera a cualquier pregunta y nadie sabría si era verdad o mentira nada más que él. “¿Te acuerdas de Dulce?” fue la pregunta que leyeron todos en voz alta. Pitt se tensó y apretó la mandíbula mirando bastante mal a su hermano y a Ian.
-Esto no tiene ni puta gracia.- dijo severamente, tenía la vena del cuello y la sien hinchada, mostraba que estaba sumamente cabreado.
-Venga tío, es un juego. Responde y ya.- contestó Samantha que al igual que el resto de compañeros, excepto Brandon y Joe, no entendían la reacción del mayor de los vampiros. La plancha metálica volvió a moverse formando el nombre de Dulce.
-¿De qué cojones vais? ¿Os parece gracioso? ¡A mi no me hace ninguna gracia!- gritó enfurecido al ver que insistían en aquel maldito nombre. Se levantó rompiendo el círculo y el lazo con la ouija y se desapareció de allí tras mirar con odio a todos. Nadie entendía nada de lo que acababa de pasar pero como Pitt había dejado de apoyar su dedo en la plancha los demás también lo hicieron dando por finalizado el juego. Brad miró a todos y se levantó del suelo.
-Será mejor que vaya a buscarle…- se despidió y se marchó por la puerta preocupado por su hermano mayor. Joe e Ian se pusieron de pie junto con el par de rubias aturdidas por lo rápido que había pasado todo en los últimos segundos de juego.
-Ya te vale tío, te has pasado cien pueblos.- acusó el vampiro al ángel oscuro.
-¿Qué? Yo no he hecho nada.- se defendió Ian alzando las manos con cara de no entender qué narices sucedía y por qué le acusaba a él con todos los que había allí.
-No te hagas el tonto, lo sabes perfectamente.- replicó el castaño dejando claro que en aquel instante el moreno no le caía para nada bien.
-¿Quién es Dulce?- preguntó Samantha metiéndose en mitad de la conversación con bastante curiosidad.
-Que te lo explique él, yo mejor me marcho.- farfulló Joel dándose la media vuelta.
-¡Pero si no tengo ni la más remota idea de quién es esa tía!- exclamó Ian soltando un resoplido. Joe volvió a girarse para mirarlo.
-¿De verdad no lo sabes?-
-No.- fue la respuesta honesta del ángel oscuro. Joe sabía que Ian podía leer mentes asi que pensó en lo que le había contado una vez Brad sobre Pitt, que un día de juerga cuando era humano se había emborrachado tanto que se había acostado con una prostituta llamada Dulce que resultó ser un tío travestido. Aquella noche Pitt había perdido algo más que la dignidad. Ian tragó saliva respirando hondo al enterarse y decidió dejar el tema ahí. El castaño propuso a las chicas rubias regresar al internado juntos, no eran horas de que dos chicas tan guapas fuesen por ahí solas, ellas aceptaron y los tres se fueron. Ian se pensaba que se había quedado solo y estaba a punto de desaparecer de allí cuando se percató de que Bianca se había quedado como en trance con el dedo pegado en la plancha.
-Bi ¿estás bien?- se acercó a ella, la morena pudo reaccionar dando un pequeño brinco y parpadeando.
-Sí.. sí.. No sé qué me ha pasado..- se puso en pie.
-Ven, será mejor que nos marchemos de aquí. Yo te llevo.- la tomó de la mano y juntos desaparecieron de allí olvidándose el tablero y las velas encendidas que se apagarían en cuanto se consumieran. De pronto la plancha se movió sola en el tablero hasta la palabra ADIOS.
*Desperados: marca de cerveza con tequila
*Audscias: espíritu oscuro comparado con el mismisimo demonio y, en leyendas, vinculado con el músico Paganini.
- Estas se han rajado.- dijo una voz masculina bastante joven desde una de las esquinas de la sala. El mismo que había hablado se levantó del suelo y comenzó a pasear por el piso provocando que los tablones de madera del suelo crujiesen a cada paso que daba.
- Paciencia Joe, estarán por llegar.- contestó otra voz un tanto más relajada pero más grave y un poco ronca. El dueño de la voz era un chaval de unos 21 años aparentemente que estaba apoyado de medio lado contra una de las grandes ventanas por la cuál echaba alguna que otra mirada de vez en cuando buscando el menor indicio de movimiento al otro lado mientras se liaba un porro de hachis casi a ciegas. Joel se puso delante de Brandon con una expresión mezcla de miedo, inseguridad y sorpresa ante la calma de su compañero.
- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?.- puso las manos en jarras. - Sabes de sobra que no se nos está permitido venir aquí de noche aunque sea viernes. ¡Como nos pillen estamos muertos!.-
- ¿Y cuándo no?.- respondió Brandon riéndose en silencio a la vez que movía la cabeza de forma negativa. Se llevó el filo del papel de liar con el contenido bien enrollado para que no se le cayese ni un ápice e hierba y deslizó la punta de la lengua humedeciendo toda la zona para después presionar un poco en el papel y que quedase bien pegado, terminando así su preciado cigarro que no tardó en encender y darle la primera calada. - Chorradas.- agregó antes de sumirse de nuevo en el silencio. Joel pareció darse por vencido, no iba a sacar mucho del otro asi que decidió que era mejor buscar algún entretenimiento por la buhardilla antes de que un ataque de pánico le apresase y saliese corriendo de allí y volviese al internado. Para su suerte no tuvo que esperar mucho porque minutos después aparecieron en la sala tres chicas de alturas diferentes, dos de ellas eran rubias, la tercera y más bajita era morena y tenía los ojos vendados por un pañuelo.
- ¡Ya estamos aquí chicos!- anunció Diane, la chica rubia de estatura intermediaria entre las otras dos, y la más positiva y energética de todos los que se hallaban allí en aquel momento.
- ¿Os ha seguido alguien?- interrogó Brandon despegándose de la ventana con el cigarro en la boca yendo hacia las chicas para saludarlas con dos amistosos besos en las mejillas. - Bien...- murmuró cuando atisbó las negativas de las dos chicas rubias con la cabeza. - Sentadla por ahí para que no se golpee con nada, no tengo ganas de marearme con su asquerosa sangre.- Brandon era un vampiro y, aunque le gustaba tontear con sus ligues bebiendo un poco de su sangre, se moría de asco con solo ver a Bianca, la chica morena que aún seguía con los ojos vendados. La pobre era una completa marginada, una perdedora allá en el internado que siempre andaba marginada por todo el mundo a pesar de tener una hermana de lo más popular, claro que, al lado de Diane y Samantha, dos chicas de élite la mar de populares, perdía mucho más de lo habitual.
- ¿Do..dónde estoy?. ¿Qu..qué vais a ha..hacer conmigo?.- tartamudeó Bianca en cuanto Samantha la hubo quitado la venda de los ojos y pudo comprobar por sí misma que ya no se encontraba en ningún lugar reconocible del internado o de los exteriores que ella hubiese pisado antes, eso explicaba también el hecho de que la hubieran hecho andar durante ni se sabe cuanto tiempo bajo la lluvia que había empapado toda su ropa.
- Tranquila Bi, todo está bien.- dijo Samantha con su dulce voz de niña buena. - Vamos a jugar todos a un juego y si pasas la prueba formarás parte de nuestro grupo de populares.- explicó con una angelical sonrisa en el rostro disimulando la falsedad de sus palabras. Di y ella la habían traído de acuerdo con Brad para gastarla una buena broma que la marcaría por el resto de su vida y que ellos pudiesen pasar un buen rato a su costa. Algo cruel pero que hacían muy a menudo con cualquier perdedor del internado sin el más mínimo arrepentimiento.
Los cinco se sentaron en círculo en el suelo donde había una mayor superficie vacía para que cupieran los cinco dejando un espacio libre frente a ellos donde Brad colocó un trozo rectangular de cartón, desenfundó un rotulador permanente de color negro y se dispuso a escribir y dibujar todos los elementos que componían una ouija board mientras Diane se encargaba de darle la suficiente luz como era posible con una vela para que él pudiese ver con claridad. Bianca trató por todos los medios de que la dejasen marchar, no la hacía ninguna gracia estar allí con esas personas y mucho menos que la obligasen a ser partícipe de algo tan peligroso como era jugar a la ouija, pero los demás chicos no parecían estar dispuestos a dejarla marchar e incluso llegó a recibir alguna que otra amenaza por parte de Brandon. No obstante, atisbó una pequeña centellada de remordimientos en los ojos de Joel que era el más blando de los chicos junto a Samantha por parte de las chicas. Intentó camelárselo mediante la razón diciéndole, entre otras tantas cosas, que no le diría nada a nadie de lo que estaban haciendo, mucho menos, que se habían escapado del internado para llevar acabo aquello. Pero de nada sirvió, todos sus esfuerzos fueron en vano. Cuando terminó de dibujar Brad depositó el tablero en el suelo, en el hueco que habían dejado en el centro de todos. Diane también dejó la vela en su lugar indicado formando una de las 5 puntas de la estrella que habían trazado con las demás velas, otro dibujo que formaban las restantes velas, sin contar las que andaban esparcidas por toda la sala, era el círculo que los envolvía varios pasos atrás del círculo humano que hacían los alumnos sentados en el suelo de madera vieja.
Todos se miraron antes de empezar, cada cual con un rostro diferente que denotaba el hilo de los pensamientos que aparecían en sus cabezas: Brandon era, junto a Diane, quien estaba más tranquilo con una sonrisa en el rostro fumando su porro como de costumbre. Él no creía en tonterías de la ouija y los espíritus, esas chorradas solo pasaban con estúpidos humanos que se dejaban amedrentar por algún demonio o fantasma con ganas de juerga que rondaba por el lugar afortunadamente cuando los humanos decidían jugar a ser dioses abriendo ficticias puertas al más allá. A su mano izquierda se encontraba Joel que, aunque trataba de controlar su sonrisa nerviosa, no podía fingir del todo su preocupación por si todos aquellos rumores malos sobre el tedioso juego eran ciertos... ¿Y si aquello era malo y les pasaba algo por cabezotas?. De todas formas no podía ni quería quedar mal ante Brad, se quedaría a jugar hasta el final, con suerte las cosas salían bien y pasaban una agradable noche, a parte, Diane estaba con ellos y con la tontería podría intentar llegar a algo más con ella. Uno nunca sabe lo que puede llegar a pasar... Bianca precedía a Joe, ésta trataba de buscar con la mirada alguna salida lo bastante próxima a ella que le permitiese escaparse de allí antes de que los otros reaccionasen pero lo tenía bastante difícil dado a lo rápido que eran los chicos y lo patosa que era ella. Su cara de horror era todo un cuadro y expresaba exactamente lo que estaba sintiendo en aquel momento; A su lado se hallaba su captora, Samantha, quién la mantenía agarrada por una muñeca para asegurarse de que Bi no escapase mientras se empezaba a cuestionar mentalmente si hacían bien o mal trayendo a Bianca contra su voluntad y sometiéndola a este juego macabro que poco a poco ya no la iba gustando tanto pero prefería quedarse callada. Por último, entre Sam y Brad se hallaba Diane que sonreía felizmente entretenida y ansiosa de empezar con el juego. Ella tampoco creía en los supuestos espíritus que salían de la ouija y hacían mal a todo aquel que había participado en la sesión.
- Poned el dedo índice de la mano derecha en el culo del vaso.- ordenó Brandon mientras se encargaba de poner un vaso cualquiera de cristal en el suelo boca abajo y posaba su dedo correspondiente en el culo de este, todos los demás le siguieron, algunos se lo pensaron más que otros pero al fin y al cabo terminaron colocando sus dedos. - Si hay algún espíritu al otro lado que quiera comunicarse con nosotros que lo haga ahora..-
- O calle para siempre.- interrumpió Joel rompiendo en carcajadas junto a todos los presentes. Brad hizo un amago de reírse pero prefirió centrarse en el juego.
-Muy gracioso Joe.- rodó los ojos. - Apuesto una caja entera de Desperados* a que cuando un espíritu aparezca y te haga mearte encima no te harás tanto el gracioso.- volvió la vista al tablero improvisado con trozos de papel y comenzó la sesión del juego llevando la voz cantante. Recordando todos los pasos que le había enseñado Ian hacía días antes cuando habían planeado juntos este momento fue formulando de forma correcta todas las palabras en el orden correcto para llamar a los espíritus pero, como era de esperar por la mayoría de los participantes reunidos en la buhardilla de la vieja mansión, el vaso no se movió ni un ápice de su posición inicial. Todos se miraron entre sí; Brandon mantenía el rostro serio centrándose de lleno en el juego como si mantuviese la fe en que el vaso se movería así como así aunque en su interior sabía que aquello era prácticamente imposible, la ouija para él era una estafa como la mayoría de los supuestos fenómenos sobrenaturales. Diane sonreía alzando una ceja mirando uno por uno a sus compañeros poniendo en duda aquella tontería que estaban llevando acabo, una completa pérdida de tiempo que podían estar utilizando para otras cosas. Joe se mordía el labio nervioso mirando los dedos apoyados en el culo del vaso invertido sin saber muy bien qué pensar, bastante tenía con aparentar normalidad cuando estaba cagado de miedo. Sam también estaba asustada y era visible en su rostro pero, al igual que Joel, no quería mostrarse débil ante el resto, además, Di se estaba riendo eso significaba que nada podía ir mal, aquello no era mas que un simple juego. Y Bianca no hacía más que tragar saliva cada dos por tres, algo en su interior la estaba avisando de que aquello no estaba bien, que no deberían de estar jugando con cosas como esta. Quería apartar la mano del vaso, ponerse en pie y salir corriendo de allí pero tenía miedo de las consecuencias que aquello podría acarrearla.
El tiempo transcurría sin que surgiese ningún efecto, estaba claro que el vaso no se iba a mover de su sitio por más que Brad repitiese una y otra vez si había allí algún espíritu que quisiera hablar con ellos y que se manifestase. La paciencia de Diane se agotó y decidió interrumpir a Brad sin apartar aún el dedo del vaso pero con la clara intención de hacerlo nada más terminase de hablar:
-Venga tío vamos a jugar a otra cosa, esto es muy aburrido. Aquí no va a pasar nada.- hizo el amago de separar el dedo pero entonces algo sucedió, el vaso se movió un par de centímetros hacia su derecha formando un chirrido de cristal bastante desagradable de estos que hacen que te rechinen los dientes. Todos, excepto Brandon, reprimieron un grito de sorpresa y se echaron hacia atrás por inercia, pero por suerte nadie despegó su dedo índice del vértice del vaso. Brad aprovechó aquel momento de incertidumbre para preguntar a aquello que había movido el vaso cómo se llamaba, seguidamente el vaso comenzó a moverse de nuevo yendo de papel en papel hasta formar la palabra: Azrael, así se llamaba el espíritu con el que habían contactado. Lo siguiente fue preguntarle qué quería de ellos, la respuesta no fue bien recibida por el grupo que aguardaba en silencio con el corazón en la garganta y el miedo pintado en la cara. “Abriros en canal y devorar vuestras tripas” pudieron leer perfectamente juntando las letras que el vaso móvil iba indicando en su respectivo orden. El ambiente poco a poco iba tornándose tenso, las gargantas de los muchachos comenzaban a secarse y sus cuerpos eran todo un manojo de nervios.
-¡Sí ya, más quisiera!- se rio Diane tomándoselo a broma volviendo a reírse de la situación dada, no se tragaba nada de nada, seguro que era Brad el que se estaba haciendo el listillo y movía el vaso haciendo que los demás le siguieran. Incluso se atrevería a jurar que Joel estaba compinchado con él. Una repentina corriente de aire frío algo brusca silenció nuevamente la sala apagando todas las velas y dejándoles sin más que la poca luz proveniente de la luna y las calles del pueblo que entraba por los ventanales.
-¡A ti por hablar te reservaré para la última y verás como mueren los demás sin poder hacer nada, después te violaré y te mataré de forma lenta y muy dolorosa para que aprendas de una vez a respetar las cosas!- gritó una voz fría, grave y siniestra que sobresaltó a todo el mundo y forzó un grito desesperado de la rubia que soltó el vaso y se echó hacia atrás verdaderamente espantada mientras buscaba a tientas a su mejor amiga para abrazarse a ella, a su vez, Brad gritó a Joel que buscase los mecheros que andaban por el suelo para encender las velas y Bianca sollozaba hecha un ovillito. Una sombra reflejada en la pared de en frente de Joe recorrió de un extremo a otro la sala tan rápido que no dio tiempo a distinguir nada, ni si quiera se podía saber si aquello había sido real o fruto de la imaginación torturada de los pobres jóvenes en aquel momento.
-Mierda tío esto no me gusta nada, ¡he visto algo moverse!- gritó Joe al que le faltaba poco para mearse en los pantalones.
-¡¡Aaaaaaaah!! ¡¡Algo me ha tocado, algo me ha tocado!!.- gritó Sam pataleando con los talones en el suelo mientras Diane miraba en todas direcciones con los ojos bien abiertos sin poder ver nada en la oscuridad y la mantenía abrazada. Ella no había sentido nada…
-Me lo he pensado mejor. Me estás provocando y voy a violarte primero.- volvió a sonar la voz pero esta vez era distinta, ya no sonaba tan siniestra ni grave como la anterior… ahora era como mas común, mas… Las luces de la mansión se encendieron de golpe y hubo un pequeño estallido junto a una pequeña luz cegadora en un punto intermedio de la sala en la que apareció de golpe Ian haciendo uso de su poder para teletransportarse mediante la orbitación. Di pudo comprobar que quién la estaba sujetando por las muñecas y andaba encima de ella no era otro mas que Petter, más conocido como Pitt entre ellos, el imbécil hermano mayor de Brandon que se las pasaba alardeando de todo y buscando peleas. -¿Nos vamos a la cama cariño? Creo haber visto en el piso de abajo un buen colchón que tiene nuestros nombres dibujados.- se chuleó Pitt poniendo unos asquerosos morros para besar a la rubia pero esta reaccionó pegándole una bofetada a la vez que Joel se levantaba lleno de cólera y cegado por los celos en dirección a este dispuesto a pegarle un puñetazo.
-¡Seréis gilipollas!- se quejó Joe antes de que le interceptara Ian cuando fue a por Pitt pero le empujó dispuesto a encararse con el ángel oscuro aun sabiendo que llevaba todas las de perder porque Ian no dudaría en pegarle una buena tunda. -¿Os parece gracioso? ¡Pues a mi no me hace ni puta gracia!- estaba fuera de sus casillas.
-Eres patético.- respondió Ian rodando los ojos y cruzándose de brazos la mar de tranquilo. Joel se abalanzó sobre él tratando de golpearle pero Brad actuó de forma que consiguió separarle y sujetarle hasta que se tranquilizase.
-Sois idiotas…- murmuraron las chicas ya más aliviadas del susto que habían sufrido en pocos minutos.
Cuando todo volvió a la calma y el ambiente se destensó, Pitt e Ian contaron cómo habían montado todo aquello. Resulta que los dos hermanos vampiros y el ángel oscuro se habían compinchado para gastarles aquella broma que consistía en que Brad aparentaba no saber nada de aquello sirviéndoles como gancho, Pitt, aprovechando que estaba un par de cursos más adelantado al resto, había utilizado su poder telequinético para mover el vaso por la superficie y había usado su súper velocidad para moverse entre los componentes dejando tan sólo ver su sombra por las paredes. Ian había hecho la voz escalofriante bastándose de su habilidad telepática. Todos pensaron escucharla en alto pero al final había resultado que la voz sólo había sonado en cada una de las cabezas por separado pero a la vez, de ahí la variación de ultratumba que había quedado. En cuanto al por qué se habían apagado las velas era fácil de explicar, Ian había sacado sus alas sin que nadie se percatara y las había agitado fuertemente una sola vez para crear aquel soplo de aire.
-Mirad que sois inocentes. ¿Acaso pensabais que unos cuantos papeles con letras y números iba a tener la función real de una ouija?- siseó negando con la cabeza Ian. –No me hagáis de reír por favor. ¡Qué ilusos!- se burló mientras caminaba hacia la parte más oscura de la sala donde había permanecido oculto con Pitt mientras los demás llevaban acabo una falsa sesión de ouija para coger una verdadera ouija-board de madera maciza antigua pero a la vez bastante cuidada. Regresó con ella al centro donde estaban ya todos sentados nuevamente y apartó los papeles inservibles para ponerla en su lugar, entonces fue cuando todas risas se le borraron del rostro al percatarse por primera vez de la presencia de Bianca. ¿Qué hacía ella allí? Según el acuerdo que tenía con Brad, Bianca no debía de hallarse allí, ni si quiera se habían tomado la molestia de avisarle de que aquella pobre muchacha seria una vez más víctima de aquel grupito de populares sin escrúpulos ni límites. Respiró hondamente lanzándole una mirada de reproche a su colega y se sentó al lado de la morena, no iba a permitir que se sobrepasasen con ella más, y si su conducta les jodía, que le hubiesen contado antes los planes.
-Ian… No creo que sea bueno que juguemos con estas cosas…- susurró Bianca que ya había desecho la idea de escaquearse, era imposible. –Es mejor que dejemos esto antes de que tengamos que arrepentirnos de algo…- apenas hablaba en susurros y cabizbaja, apenada de que los demás abusasen de aquella forma de ella y de su inocencia.
-Estate tranquila, no va a pasarnos nada malo.- aseguró Ian tomándola de la mano cariñosamente y acariciándosela con dedicación y ternura mientras la miraba a los ojos. Bianca asintió indecisa pero se sintió segura y reconfortada por el trato que le daba Ian, a Di aquella escena no la hizo nada de gracia porque su rostro se tensó y apenas pestañeó mirando con odio a Bianca. Ian debía ser suyo antes que de ninguna, si Bianca conseguía seducir a Ian siendo tan poquita cosa sería un duro palo para ella, una gran humillante derrota para el orgullo. Eso no podía suceder, ella era mucho más guapa, más inteligente. En resumen, era mucho mejor que eso.
-Me pregunto quién andará ahora por ahí escondido para asustarnos.- dijo Samantha mirando desde su posición toda la sala que alcanzaba a ver desde su ángulo de visión aprovechando que ahora había la suficiente fuente de luz como para ver hasta el rincón más oscuro. Pero esto no duró mucho tiempo, Pitt se levantó para ir a apagar manualmente las luces mientras los dos vampiros se encargaban de ir encendiendo las velas más próximas con los mecheros, por lo menos las suficientes como para que les iluminasen los rostros y el tablero de verdad propiedad de Ian que tenía su propia plancha de acero. En cuanto Petter regresó al círculo de amigos y se sentó, Ian comenzó llevando las riendas de la sesión verdadera de ouija ya que era el que más creía en ello, por no decir casi el único, y el que más documentado estaba sobre el tema al ser tan forofo que rallaba el absurdo.
-Vale. Daros la mano y cerrad los ojos.- instruyó mirando uno por uno para comprobar si de verdad lo hacían. –Tenéis que relajaros, dejad la mente en blanco…-
-¡Dios mío, le ha poseído Satán. Este no es mi colega!- bromeó haciéndose el gracioso Pitt a lo que Ian respondió mirándole bastante mal y muy serio.
-Esto no es ningún juego, si vais a hacer el payaso avisadme que pillo el tablero y me piro por donde he venido.-
-Venga tíos. Si vamos a hacer esto vamos a hacerlo de una vez. Dejad las gracias para otro momento.- interrumpió Joel un poco cansado de todo, ya solo quería irse de regreso al internado y dormir. Brad le caía muy bien, de hecho eran mejores amigos pero su hermano Pitt.. eso ya era otro cantar. Simplemente prefería no estar allí donde él se pudiese encontrar, mucho menos bajo el mismo techo. Tras esta pequeña interrupción Ian volvió a repetir sus palabras para que los demás despejasen su mente, a continuación les indicó que colocase el dedo índice de la mano que utilizasen habitualmente encima de la plancha, cada uno en un extremo de esta sin presionar y cuando todos ya estaban más o menos relajados dio comienzo a la sesión.
-¿Hay algo o alguien que quiera contactar con nosotros?-
Esperaron unos segundos a ver si sucedía algo o se movía la plancha pero desgraciadamente no pasó absolutamente nada, simplemente se notaba en el ambiente la inseguridad de muchos de los componentes y el cachondeo de otros que se tomaban aquello a broma y no con la seriedad que requería. Ian volvió a repetir la pregunta:
-¿Hay algo o alguien que quiera contactar con nosotros?-
Lo mismo, unos segundos de espera y miradas que se cruzan nerviosas hasta que algo las distrae. Una suave brisa fresca, no tan basta como la que había provocado Ian con sus alas anteriormente, recorrió la sala haciendo titilar las pequeñas llamas de las velas encendidas que danzaban libremente modificando las sombras del entorno y provocando movimiento entre ellas. La respiración de los participantes comenzó a hacerse irregular, aquello no estaba para nada preparado aunque algunos pensasen que esto era otra tomadura de pelo como la anterior. Bianca pegó un grito de pronto y todos la miraron asustados, había visto una sombra desplazarse por detrás de los hermanos Cooper pero antes de que pudiese abrir la boca alguno la plancha se deslizó en un movimiento brusco hacia el SI dibujado en uno de los laterales de la tabla.
-¿Quién eres?-
La plancha comenzó a trazar sobre la tabla colocándose encima de cada letra hasta formar la palabra Audscias*.
-¿Es tu nombre?-
La plancha se desplazó al SI de nuevo.
-¿Qué podemos hacer por ti?-
La siguiente palabra compuesta por cada una de la letra que la plancha indicó fue JUGAR.
-¿A qué quieres que juguemos?- prosiguió Ian con total calma como si se dedicase a esto todos los días y ya tuviese experiencia en hablar con los espíritus, esto les hacía pensar a los demás que se trataba de una broma suya porque encima la conversación estaba siendo bastante cómica y entretenida. Realmente todos estaban ya convencidos de la broma y que aquello estaba empezando a ser entretenido. Después de todo no iba a estar tan mal jugar a aquello.
-Verdad o acción.- interpretó correctamente Samantha mirando con el entrecejo fruncido a Ian. ¿Desde cuando invocabas a un fantasma y este quería jugar a verdad o acción? Totalmente surrealista.
-¿Quién quieres que empiece?- preguntó Ian atento a leer el nombre que aparecería a continuación pero en vez de eso, la plancha simplemente se deslizó hacia Diane y todos la miraron con atención a ver qué elegía.
-Acción.- dijo sin pensárselo dos veces. La ouija le indicó que debía besar a Brad que sonreía con orgullo por aquella magnífica decisión de la que salía beneficiado. –No me creo nada, ¡lo estáis moviendo vosotros!- se quejó la rubia mirándolos seriamente con cara de pocos amigos.
-¿No eres tan valiente? Pues acepta las consecuencias.- respondió Brad con aires de vacilón haciendo muecas de burla para picarla. –Además, hoy es tu día de suerte. Es la segunda vez que me lavo los piños este año.- todos se rieron incluso Diane.
-Payaso.- murmuró ella negando levemente con la cabeza entre risas mientras se inclinaba hacia él sin apartar el dedo de la plancha y le pegaba un buen muerdo de esos que cortan el aliento. Por algo decían de ella que era una gran besadora. Joe apartó la mirada celoso deseando que hubiese sido él en vez de Brandon y haciendo estragos por no irse de allí en aquel momento mientras que a Diane le hubiese gustado que el chico fuese Ian. El siguiente turno fue de Ian que eligió verdad y tuvo que responder a la pregunta de “¿Verdad que eres virgen y nunca has tenido nada con una chica?” Su respuesta dejó perplejo a todos que al principio no se creían ni una sola de sus palabras y finalmente rompieron a reírse del pobre muchacho que pasó olímpicamente de todas las burlas. Les explicó que era así, él aún seguía virgen y nunca en la vida había dado ni un solo beso a una chica ni se había enamorado, nada de nada. Tampoco le causaban el más mínimo interés. Todos sabían que Ian era muy rarito en aquel sentido y que desde que lo conocían jamás lo habían visto con nadie pero de ahí a que no hubiese dado ni si quiera un simple beso…. Eso no se lo esperaba ninguno y si Diane ya lo tenía antes en su punto de mira desde ese momento aún más, incluso Samantha sintió un repentino interés de querer conocerle mejor y acercarse más al muchacho. Para Bianca, la siguiente en jugar, no fue tan bochornoso su parte aunque la costó horrores hacerlo ya que al principio se negaba en rotundo hasta que no la quedó otra que hacerlo. Ella tuvo que beberse un mini* entero de cerveza de sopetón cuando no estaba acostumbrada a beber alcohol. Llegó el turno de Joel que tuvo que desnudarse (quedándose en ropa interior) delante de todos al elegir también acción y lo pasó bastante mal al tener todas las miradas puestas en él, en especial la de Diane. Él había soñado con este día siempre pero estando a solas con la rubia no rodeado de tanta gente. Puede que Brandon fuera el que más disfrutara de todos cuando le tocó a él su participación en el juego y Audscias le dijo que debía fumar 5 porros a la vez en menos de un minuto, menos mal que era un vampiro si no lo más seguro es que hubiese muerto de sobredosis al instante pero al ser vampiro toda aquella cantidad de sustancia ilícita que hubo consumido en un momento le afectaría de otra forma distinta aunque también de forma negativa. En penúltimo lugar le tocó a Sam que eligió verdad al ver las cosas que los demás habían hecho al decir acción. Su pregunta “¿Harías un video porno montándotelo con tu mejor amiga aquí presente?” no dejó indiferente a nadie pues todos se quedaron flipados por su respuesta. Nadie se lo podía haber imaginado antes si no lo hubiesen escuchado de su propia boca. Respondió con timidez sonrojándose que sí, que estaría dispuesta a hacerlo con Diane y grabarlo para el público. Los hermanos Cooper y Joel metieron cizaña para que lo llevasen acabo proponiéndolas participar en el video a lo que Ian les dijo que lo que ellos querían era hacer una orgía entre todos y que el video solo lo ponían como excusa barata. Todos se rieron, se lo estaban pasando muy bien y las tensiones habían desaparecido del ambiente por completo. Ya solo quedaba Pitt y, lógicamente, llegó su turno. Trató de zafarse diciendo que era muy tarde y debían regresar al internado porque al día siguiente todos debían levantarse pronto aunque aún no tuviesen clase. Aquello no coló pues todos vieron claramente que lo que pretendía era escaquearse ahora que le tocaba su turno asique solo le quedó aceptar el hecho de que le tocaba. Decidió jugar a verdad ya que veía que era el camino más rápido para terminar con aquello porque podía responder lo que quisiera a cualquier pregunta y nadie sabría si era verdad o mentira nada más que él. “¿Te acuerdas de Dulce?” fue la pregunta que leyeron todos en voz alta. Pitt se tensó y apretó la mandíbula mirando bastante mal a su hermano y a Ian.
-Esto no tiene ni puta gracia.- dijo severamente, tenía la vena del cuello y la sien hinchada, mostraba que estaba sumamente cabreado.
-Venga tío, es un juego. Responde y ya.- contestó Samantha que al igual que el resto de compañeros, excepto Brandon y Joe, no entendían la reacción del mayor de los vampiros. La plancha metálica volvió a moverse formando el nombre de Dulce.
-¿De qué cojones vais? ¿Os parece gracioso? ¡A mi no me hace ninguna gracia!- gritó enfurecido al ver que insistían en aquel maldito nombre. Se levantó rompiendo el círculo y el lazo con la ouija y se desapareció de allí tras mirar con odio a todos. Nadie entendía nada de lo que acababa de pasar pero como Pitt había dejado de apoyar su dedo en la plancha los demás también lo hicieron dando por finalizado el juego. Brad miró a todos y se levantó del suelo.
-Será mejor que vaya a buscarle…- se despidió y se marchó por la puerta preocupado por su hermano mayor. Joe e Ian se pusieron de pie junto con el par de rubias aturdidas por lo rápido que había pasado todo en los últimos segundos de juego.
-Ya te vale tío, te has pasado cien pueblos.- acusó el vampiro al ángel oscuro.
-¿Qué? Yo no he hecho nada.- se defendió Ian alzando las manos con cara de no entender qué narices sucedía y por qué le acusaba a él con todos los que había allí.
-No te hagas el tonto, lo sabes perfectamente.- replicó el castaño dejando claro que en aquel instante el moreno no le caía para nada bien.
-¿Quién es Dulce?- preguntó Samantha metiéndose en mitad de la conversación con bastante curiosidad.
-Que te lo explique él, yo mejor me marcho.- farfulló Joel dándose la media vuelta.
-¡Pero si no tengo ni la más remota idea de quién es esa tía!- exclamó Ian soltando un resoplido. Joe volvió a girarse para mirarlo.
-¿De verdad no lo sabes?-
-No.- fue la respuesta honesta del ángel oscuro. Joe sabía que Ian podía leer mentes asi que pensó en lo que le había contado una vez Brad sobre Pitt, que un día de juerga cuando era humano se había emborrachado tanto que se había acostado con una prostituta llamada Dulce que resultó ser un tío travestido. Aquella noche Pitt había perdido algo más que la dignidad. Ian tragó saliva respirando hondo al enterarse y decidió dejar el tema ahí. El castaño propuso a las chicas rubias regresar al internado juntos, no eran horas de que dos chicas tan guapas fuesen por ahí solas, ellas aceptaron y los tres se fueron. Ian se pensaba que se había quedado solo y estaba a punto de desaparecer de allí cuando se percató de que Bianca se había quedado como en trance con el dedo pegado en la plancha.
-Bi ¿estás bien?- se acercó a ella, la morena pudo reaccionar dando un pequeño brinco y parpadeando.
-Sí.. sí.. No sé qué me ha pasado..- se puso en pie.
-Ven, será mejor que nos marchemos de aquí. Yo te llevo.- la tomó de la mano y juntos desaparecieron de allí olvidándose el tablero y las velas encendidas que se apagarían en cuanto se consumieran. De pronto la plancha se movió sola en el tablero hasta la palabra ADIOS.
*Desperados: marca de cerveza con tequila
*Audscias: espíritu oscuro comparado con el mismisimo demonio y, en leyendas, vinculado con el músico Paganini.
Jill Y. KnuckhörDragón Eléctrico
Informe
Habilidades: Aliento eléctrico, arca de Noé, armadura natural, armas naturales (garras y púas), barrera, electroquinesis, esferas de energía, extrasentidos, metamorfismo animal, profección astral, regeneración celular, respiración de vacío, sanación, superfuerza, volar (los alados).
Objetos, Ingredientes y Pociones: Mochila con dimensión de bolsillo, artilugios mágicos y pociones enérgicas
Trofeos:
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