1 Destino 0 Dirección [Jill]

Era sábado en la tarde, la práctica de las animadoras había terminado a tiempo para que cada una de las chicas fuera a atender sus asuntos, todas parecían bastante entusiasmadas porque termináramos, eso lo reflejaban sus gestos y expresiones, por suerte para ellas y para sus asuntos al medio día estábamos libres. Al parecer hoy todas tenían algo anotado en su agenda, y al parecer se trataban de citas, sino con el portero del equipo de fútbol, si con algún miembro de baloncesto o de rugby, solo me alegra que ninguna de esas citas incluyera a alguien de status social tan bajo como un miembro de club de teatro o algún nerdo ¿Dónde quedaría entonces la dignidad de las animadoras?. ¡Incluso mi inseparable amiga Sam tenía algo que hacer! quien por cierto no me dijo muy bien que era lo que tenía planeado, me olía a que algo escondía, pero no quería indagar de más, mejor esperaba a que se armara de valor para que me contara lo que se traía entre manos. Mientras tanto yo tenía mi tarde libre y, muy extrañamente, sin nada planeado. Me sentía bastante rara así, debía admitirlo, pues normalmente si no tenía prácticas, cita en el salón de belleza, una tarde nadando con Sam; tenía alguna cita con Ian o alguna fiesta, pero esta ocasión nada de nada. La práctica ya había terminado, la semana anterior había ido al salón de belleza, Sam no podía ir porque sabrán los mares que otra cosa tenía que hacer, Ian y yo habíamos quedarnos de ver hasta mañana temprano y evidentemente no había fiesta.

Todo aquello había terminado por convencerme de que no había razón alguna por quedarme en el internado ese día, podía salir a dar una vuelta por las calles del pueblito que se encontraba cerca, y era precisamente donde me encontraba ahora, justo a la hora de la comida, por lo que las calles aun estaban bastante concurridas y los restaurantes bastante llenos. Tenía algo de hambre pero detestaba tener que comer en lugares demasiado ruidosos o lleno de niños llorones, estaba para disfrutar mi solitaria tarde y no para andar de tolerante con desconocidos. Al fin de cuentas podía esperar un rato más para comer, igual podía aprovechar para buscar que hacer de aquí a la noche, pues prisa era lo último que tenía justo ahora.

De pronto detuve mi andar frente a un enorme y llamativo cartel, donde el color escarlata destacaba sobremanera. Enarqué una ceja leyendo lo que anunciaba, lo que me terminó provocando una divertida sonrisa. Invitaban a toda la comunidad a que se unieran a su espectáculo de can-can, el día de hoy dentro de una hora y/o mañana en el mismo sitio y a la misma hora. En el supuesto lugar enseñarían a las interesadas a bailar, por lo que intuía lo básico, e incluso las exhortaban para que aparecieran en un espectáculo si aprendían bien y gozaban de flexibilidad - ¡Burbujas explosivas! jamás había leído algo semejante - expresé aun con diversión, para mi misma.

Apenas había acabado de expresarme cuando un olor mas bien desagradable llegó hasta mi nariz ¿cómo era posible que gente le metiera porquerías como esas a su cuerpo? entre eso, los cigarros y el alcohol la gente tenia como encantador resultado parecer ya unos ancianos a los 30. Yo podía ser fiestera y lanzada en varias cosas pero siempre trataba de mantenerme saludable, eso era esencial ¡ja! ¡como si me agradara la idea de parecer una anciana justo ahora! además se le quedaba impregnado a uno aquellos aromas. Sólo esperaba que aquella persona transitara pronto por la calle y se llevara sus pestilencias con él. Pero cual fue mi sorpresa al escuchar poco después la voz de Jill, profesora del internado.

Me quedé mirándola mientras la escuchaba, notando claramente que era ella la que traía el porro. Una sonrisa un poco divertida se asomó en mis labios tras sus palabras, aunque claramente no me agradaba mucho lo que recién había dicho, yo encontraba más mediocre interesarse en nada y no salir de su cuadrito - ...ni profesores ejemplares - agregué con tranquilidad a su oración,encogiéndome ligeramente de hombros, como si lo mio fuera parte de las palabras de ella. - pero tiene razón éste es un pueblo casi insignificante aunque cuando no se tiene mucho por hacer, aprender algo diferente jamás parece mala idea. He de admitir que siempre me ha causado algo de curiosidad el famoso port d'armes, y un paso nunca esta de más en el baile - solté una ligera risa perdiéndome unos instantes en mi propia mente - aunque si le soy sincera no me imagino a la escuadra con una rutina con aires de Orfeo en los Infiernos - suspire con tranquilidad negando lentamente ante aquella locura que se ideaba en mi cabeza, aunque claro todo aquello marcaría una rutina bastante original en un concurso, como el de las estrellas ¡No faltaba mucho para que llegara la convocatoria! - como sea tiene toda la razón, la escuela está perdida pues no soy capaz de imaginarme semejante escena cuando creo debería ser capaz, se supone que debemos acoplarnos a las circunstancias y trabajar sobre ello ¡siempre con animo y buena actitud! se supone somos las y los encargados de transmitir energía en los partidos y despertar simpatía hacia nuestros equipos - me volví a encoger ligeramente de hombros - aunque son los jugadores la esencia al fin de cuentas en cada partido - llevé mi mano a un costado de mi rubio cabello acomodándolo con gesto natural

Pasé mi vista de la profesora a lo que sostenía en la mano y de nuevo a ella haciendo una ligera mueca con mi boca sin poderlo evitar ¿enserio me estaba invitando de su hierba? y no lo decía porque le creyera envidiosa o algo similar, simplemente porque yo no le tiraba tanto a esas ondas. Bien yo podría llegar a beber y todas esas cosas pero no era de las que se fumaba algo para luego mal viajarse, además aquello apestaba horrores y me asqueaba. - eh... no gracias, anda que es para que tu lo disfrutes.. - sonreí apenas cruzándome de brazos. Pero si tenia que darle la razón en algo, yo tenía que relajarme pero ¿cómo poderlo hacer cuando había tantas cosas por hacer? y justo la que había ocupado mi mente en ese instante es la publicación de la convocatoria para el concurso "Estrellas" para las animadoras, era la primera del año y había que prepararse. Por supuesto que también había otras cosas que me mantenían un poco con los nervios altos pero mejor no pensar en ellos ahora, suficiente tenía - ya encontraré mi forma de relajarme, quizás un buen postre o algo similar - comenté vagamente.

Volví mi vista hacia el cartel sonriendo divertida cruzándose por mi cabeza una idea muy rara, no se, inevitablemente ví a Jill con un traje de cancan bailando con el pasito básico en un escenario...la idea era tan épica, porque sinceramente no podía imaginármela así, pues ella era de las mujeres con aire aventurero, la relacionaba más con ambientes rudos llenos de retos, solo para lograr vencerlos, aunque quizás todo esto estaba más sugestionado por la clase que impartía - ¿tu bailas? - me aventuré de pronto a formular, la duda me pegaba - no se, no me refiero a un baile en especial - agregué pensando que quizás podía entender mi pregunta como si ella bailaba cancán. Fruncí un poco la nariz, el olor comenzaba a hostigarme ¡mares! algunas veces prefería oler lo menos a percibir con tanta exactitud los aromas, pero tampoco le iba a decir que apagara su hierba ¿quién era yo para decírselo? al fin de cuentas era un área abierta y no era a la primera persona que toleraba con aquél aroma.

- Realmente no, encuentro bastante desagradable el humo que desprenden cualquiera de esas cosas - aquello lo dije acompañada con una ligera negación con la cabeza, ya que además de que el olor lo encontraba meramente repugnante no entendía, en verdad, porqué la gente encontraba tan genial meterse porquería al cuerpo, suficiente porquería respirábamos a diario como para que decidieran meterse más, pero ya cada uno con sus cosas. Ella parecía bastante cómoda fumándose eso y yo solo tenía que soportarlo de aquí a que se lo terminara.

Alcé una de mis manos para comenzar a jugar con uno de los mechones de mi cabello mientras le escuchaba y cambiaba mi imagen mental de ella bailando. Ahora ya no se encontraba en el escenario luciendo aquellos vestidos tan extravagantes de cancan, ahora usaba ropa desgastada y rota en su casa, agitando la cabeza de un lado a otro y medio destrozando el lugar mientras hacía su baile, aunque no sabía que clase de imagen tener al pensar en ella en un antro, aunque era más sencillo tener una idea vaga de ello tratarla de imaginar de pequeña con sus primeras balerinas de ballett, eso si ya era bastante extraño. - sinceramente si, te ves más como una mujer de acción y de aventuras pero con estilo que una chica de ballet, tu actitud lo demuestra- y eso había que recalcarlo y admitirlo ella era muy auténtica tanto en su vestir como en su proceder.

Solté mi cabello y sonreí ante su pregunta, aquello si no me parecía tan mal. - no a unos caballitos no te digo que no además me da curiosidad saber donde es que dices que lo sirven del mejor agave - le dediqué una ligera sonrisa, aunque ir a tomar algo con Jill era super curioso dado su papel como profesora y el mio como su alumna, pero bueno nadie fuera del internado sabía eso y no era la primera vez que yo convivía con ella fuera de clases, claro que la primera vez yo desconocía que ella fuera profesora, pero ¿cuál era la diferencia?. Voltee a mis lados con naturalidad, viendo que ya había mas gente por la calle. así que vamos, ¿por donde es?

De repente me vi arrastrada del brazo hacia la multitud de la calle fuera del curioso cartel.Su repentina acción me había tomado algo por sorpresa pero pronto me acoplé a su gesto enérgico andando con ella con un excelente ánimo,pues había que admitir que la energía que desprendía Jill era casi palpable sin mencionar que contagiosa. El trayecto no fue muy largo aunque me daba la impresión de que andábamos como si estuviéramos en un laberinto, vuelta aquí y allá, realmente si a uno le daban instrucciones de como llegar al sitio de los buenos tequilas, lo más probable es que uno nunca llegaría por mas que la explicación sea correcta - me da la impresión de que el sitio tiene sus estrellas- murmuré con placer, si así era más entusiasmo me daba por conocer el sitio, pues no había en el pueblo muchos lugares que destacaran por su elegancia, claro que había lugares cómodos, bonitos, agradables pero con una que otra deficiencia, pero bueno ésto era lo que había y era un sitio acogedor, no era mi adorable Palm Beach en Florida, aunque me sentía bien acogida en el internado y me solía divertir en el pueblo con mis amigas y amigos.

De pronto llegamos a una calle por la que nunca antes había pasado, había varios puestos comerciales, entre ellos una pastelería, dos restaurantes, pero lo que más había eran bares, uno de ellos tenía mesas cuadradas con hookahs en ellas, dos estaban ocupadas por un grupo de amigos y otro por una pareja. Nosotras nos adentramos en uno que tenía una fachada discreta pero no por ello carecía de atractivo, el interior era aun más atractivo, y por la cantidad de gente que había dentro,  me hacía a la idea de que definitivamente servían buen tequila. No es que estuviera lleno, pero dado la hora había bastante gente. Estaba observando a la gente cuando sentí un tirón del brazo, Jill me estaba conduciendo a la barra y casi parecía que corría porque me costaba seguirle aquél paso animoso hasta que nos sentamos en un taburete respectivamente. Miré curiosa a la chica que Jill había llamado "Kathy" parecía una chica agradable por lo que no pude evitar mostrarme sonriente con ella. - Jill ha dicho que aquí sirven el mejor- comenté de buena gana luego de que Jill pidiera lo que íbamos a tomar.Miré con atención todo hasta que los caballitos llegaron sobre la barra con complemento - gracias- dije a la chica luego de que dejara todo cerca de nosotros.

No pude evitar reir por todo lo que decía Jill ¿de dónde sacaba tanto ingenio? - pues será, pero hay que destacar que las bailarinas de ballet poseen mucha fuerza y flexibilidad, en general tienen buena condición a pesar de su apariencia ligera y elegante - mencioné de buen agrado pasando mi vista hacia el caballito que por el olor ya me decía que estaba bueno - y no podrás ecirme que careces de bastante buena condición Jill, aunque si...quizas falte la sutileza para andar de un lado a otro - le sonreía, no pretendía ofenderla con lo que decía, ella me agradaba y no había hecho algo para disgustarme o desagradarme, pero es que ella muy ruda, enérgica, una mujer temeraria que parecía mas encajar con la aventura que en un estudio de ballet.  Alcé el caballito hacia su dirección - a tu salud Jill - tras el gesto le di un primer trago para probarlo, fuerte si, sentía el calor del tequila atravesar mi garganta, pero fresco

No pude evitar imaginarme la hamburguesa con papas fritas, si que era una visión con un letrero de "tengo muchas calorías encima" pero ¿qué sería de la vida si uno no podía acceder a una que otra tentación como ésta? además sobre el letrero de calorías, en mi mente se alzaba uno que decía "Pruebame" casi como las botellitas y panecitos que aparecían en Alicia en el País de las Maravillas, sutil y atractivo, y eso que aun no veía la famosa hamburguesa que Jill mencionaba. De hecho era extraño que yo estuviera pensando de aquella manera, es decir no es que yo les hiciera el feo a las hamburguesas ¡de hecho me gustaban! pero normalmente tenía cuidado en lo que comía, me gustaba mantener mi cuerpo limpio, ligero y en forma, no por eso me privaba de comer ¡eso jamás! lo único, es que mantenía una balanza en la que de vez en cuando colaba un postre o comida rápida, pero definitivamente aquello no iba de diario.  - describes demasiado bien esa hamburguesa con papas, mentiría si te dijera que no se me ha antojado - mordí mi labio inferior divertida, aun con ese letrerito de "pruebame" en mi cabeza, si que estaba yo muy mal para pensar en algo asi.

Al terminar el tequila de un jalón dejé el caballito sobre la mesa, lo habitual sería que tras esto chupara un poco de limón para aliviar un poco el ardor que aquello dejaba en mi garganta, pero opté por no hacerlo, éste tequila sabía lo suficientemente bien como para caer en deseos de mezclarlo, además siempre me había gustado sentir aquél ardor tibio en mi garganta tras beber algo.  - Vaya, si que has tenido razón su tequila es bastante bueno...que decir - dije a Jill  aun sintiendo el ligero ardor en mi garganta y un leve sabor en mi paladar, tras decir aquello hice un ligero gesto pidiendo que a mi también me sirvieran otro.

En ese pequeño lapso de espera caí en la cuenta de algo, por lo que me giré a Jill con los ojos ligeramente abiertos, ella claro que sabía que yo era una sirena, la vez que la conocí y aun no sabía que era profesora, mencioné en una plática que yo era Sirena y Alma había señalado que era un dragón, Jill jamás contestó la pregunta, tampoco es que hubiera insistido, aunque...parecía saber sobre dragones al preguntar sobre familias, elementos y no recuerdo que mas. Al darme cuenta que mi mirada descansaba muy fijamente en ella, y que aquello podría ser molesto moví mi vista aun estando algo sorprendida ¡vamos uno no va por la vida conociendo un montón de estos seres! uno se da por bien servido si conocía a uno o dos. Y luego ¿ella no habia dicho algo sobre la guardia real? bien si que tenía pinta de ser guardia, no cualquiera se metería con ella, de entrada yo no. - yo no sabía eso- murmuré al fin, no sin dejar asomar cierto asombro, yo no sabía en definitiva que era un dragón, que había sido guardia real, y que tenía mas de cien años ¡vaya! - pero ¿te sientes bien ahora siendo profesora? es decir eso de la milicia suena a que fue algo que requería mucha actividad

Me mantuve bastante atenta a lo que la profesora Jill me contaba, me parecía algo sorprendente que ella de buenas a primeras que estuviera compartiendo algo de información sobre lo dragones, quienes usualmente se mostraban algo reservados sobre su naturaleza. Tampoco es que antes llegara y le preguntara a un dragón sobre su estilo de vida, sus actividades o cualquier cosa relacionada a su reino, pero por varias otras voces ya sabía que no solían compartir mucho sobre sus vidas, asi que aunque lo que en realidad no fuera mucho lo que Jill me estaba cotando si que lo valoraba y claro ¿cómo iba a poder ocultar mi asombro por su brevísima explicación? a pesar de estar más encaminada a contarme como se sentía ahora siendo profesora. Por otro lado, considerando el aire relajado y divertido tan característico de la profesora costaba un poco imaginarla seria y en posición de firmes - Espero que no surja realmente algo que requiera dejes el puesto de profesora, me agradas como tal y no soy la única a la que le agradas, creo que eso se debe a la forma tan alegre en que siempre terminas impartiendo la clase - dije sincera y entonces di el trago al tequila que me había vuelto a servir.

Moví distraída los dedos sobre la barra pensando en que otra cosa podría pedir ¡hacía semanas que no salía a pasar un buen rato en un sitio como este! y estar justo aqui con una profesora, aunque relajada, le daba a todo un aire peculiar, pues hasta cierto punto no me sentía en la situación de estar del todo relajada, aunque tampoco me mostraba del todo aprensiva. - bien.... creo que para mi será una michelada - que era casi lo mismo que había pedido Jill y sería una mentira decir que lo que había pedido no fue influenciado por ella, si ella había pedido una cerveza es porque aquí igual eran aceptables, o al menos me gustaba pesar aquello- ¿Cómo es que conociste este lugar y su dueña? si menos mal no recuerdo no hace mucho que llegaste al internao - al menos en calidad de profesora, o al menos por lo que sabía.