Hermoso sitio {Nathaly}

Era una bonita tarde de viernes y quería descansar un rato en uno de mis sitios preferidos y últimamente más frecuentados, la cascada. La caída del agua desde esa montaña era relajante, tanto verlo como oírlo, o sentirlo si una se metía en el pequeño arrollo que formaba la bella cascada.
Caminé tranquilamente hasta llegar allí, descalza y con un vestido de color azul marino nada llamativo en su corte, pero muy cómodo y apto para estar frente a una clase.
No veía a nadie a mi alrededor, aparentemente todos o la mayoría estaban en sus actividades extraescolares, es por eso que me tomé un tiempo aquí, ya me parecía que estaría sola. Caminé hasta una roca mohosa y me senté sobre ella. La miré desde allí arriba, las raíces de alguna planta habían trepado sobre ella, parecía que hacía añares estaba allí... al igual que yo.
Hacía un mes había cumplido mis 208 años, ¿quién lo diría?... y aun soy joven.
Comencé a tararear una canción inventada del momento para que acompañe al ruido del arrollo y el canto de las aves... también con el sonido de las ramas de los árboles con el viento. Estuve un rato así... hasta que me pareció que en vez de descansar estaba comenzando a vaguear... aunque de todas formas me quedé allí sentada... tal vez esperando a que algo pase para disponerme a hacer algo también.

Pude oír los pasos de alguien acercarse, cesé el canto para no molestar, tal vez era inquietante estar con una cantarina. Esperé a ver qué pasaba mientras oía una especie de trote de animal.
Al fin pude verla, era una muchacha que ya había visto en los pasillos, nunc ahabía hablado con ella.
- Es bonito descansar aquí - le dije con una sonrisa justo cuando se sentó. Ya había pasado un buen rato ahí y quería hacer algo, al menos conversar, pero también sabía que éste es un sitio más que nada para relajarse, y una charla, por más bonita que fuera, no era relajante.
Me paré y me senté junto a ella metiendo mis desnudos pies en el agua, donde algunos peces muy pequeños venían a ver qué era eso desconocido que había invadido su terreno.
Iba a estar allí unos momentos, sólo por las propiedades del agua de allí, me haría bien descanzar los pies. De todos modos, si mi acompañante precisaba relajación no me molestaba dejarla tranquila. Observé unos momentos sus espléndidas y azules alas translúcidas, hacían bonitas formas en su reflejo en el agua.

- Bonito nombre Nathaly. - dije aun viendo cómo se reflejaban sus alas en el agua - Yo soy Llura Klint, profesora de Hechizos de Whiteland, te he visto por los pasillos. - dije ahora viéndola.
Era evidente que era una ninfa, pero no podía saber con exactitud cuántos años tenía la muchacha, lo que estaba segura era que no tenía tantos años como yo. Sonreí por la cantidad de años que han pasado sobre mi, el tiempo pasa rápido si uno no lo tiene mucho en cuenta y vive el día a día.
- ¿Hace mucho eres estudiante? - pregunté, ya que no podía saber ni serca su edad.

- Yo recién ahora estoy comenzando con ésto de ser profesora, espero poder enseñar mucho y bien lo que se para que ustedes lo puedan aprobechar - comenté.
- ¿Qué materias cursas? - pregunté, tal vez ella estará conmigo en la asignatura que imparto, creo que es opcional, pero quién sabe, tal vez esté por algo específico. Si fuera por mi que cada quien estudie lo que quiere, mi padre se dedicó sólo a la matemáticas y a la filosofía y aun los huanos lo mencionan con un gran descubridor de fórmulas matemáticas, que si hubiera estudiado un poco de todo tal vez nunca hubiera llegado a nada. Pero eso es forma de pensar del siglo XIX, y eso pasó hace ya mucho.
Moví mis pies jugueteando con los peces que venían a tocarlos, era divertido y hacía cosquillas que hicieran eso. Vi los pies de la ninfa a ver si a ella también le hacían eso tan curioso.

- Ya veo - le dije con una sonrisa mientras movía los pies en el agua - Entonces supongo que has venido a analizar qué es la voluntad - dije suponiendo que venía a hacer tarea. - En ese caso puedo dejarte sola y luego vernos en algun otro sitio, no quiero interrumpir tus pensamientos - comenté con una sonrisa mientras levantaba mis pies para sacarlos del agua y luego volverlos a meter.

El lugar era más que hermoso, pensé que sería bueno hacerme una casita en el bosque, amaba la naturaleza más que a nada en el mundo.

- En realidad yo suelo estar en el bosque, ésa es mi naturaleza, mi ambiente. Pero el sonido del arrollo me atrajo, me pareció agradable pasar el rato aquí. A parte tenía algunas cosas en qué pensar. - dije mirando el agua y los peces que se acercaban a nuestros pies.

- ¿Tu sueles venir aquí seguido? - le pregunté, si así era es que sabía muy bien esa muchacha cómo elegir lugares para relajarse.