Clase de supervivencia: Presentación {ALUMNOS INSCRIPTOS}

Bien, ya había escuchado hablar a varios chicos, en los cursos anteriores, sobre la famosa clase de supervivencia, misma a la que no me había decidido inscribir hasta ahora, no tenia más que una razón para hacerlo pero de suficiente peso como para alentarme a ser un nuevo nombre en la lista de la profesora que impartía la clase. Sinceramente si no hubiera pasado por lo que ocurrió en éstas últimas semanas, y siendo más específica sobre lo que pasó en el aula hacia unos poquitos días, yo no estaría parada en el Hall justo ahora con ropa deportiva color azul con franjas rosas en los costados, una mochila con lo que creía serviría pero no demasiado llena, es decir si traía cosas demasiado pesadas o inservibles terminaría cansándome antes o me alentarían, ojalá no errara en mi decisión.

En el Hall no esperamos mucho, pronto llegaron más compañeros poco a poco, a varios de ellos los conocía, por lo que no tardamos en subir a un autobús. Durante la espera, lo que no me dejaba de causar curiosidad era la presencia de Jill, o mejor dicho la profesora, con razón en la cascada ella me pareció bastante conocida y ante las sospechas tanto de Alma y mías ella siempre se mantuvo muy discreta con su verdadera identidad, me preguntaba la razón de tanta discreción.

Una vez en el autobús tomé asiento en uno de los asientos de en medio junto a la ventana, me encantaba ver los paisajes por lo que el lugar me iba fenomenal. Conforme veía el paisaje y el cielo comenzaba a preocuparme un poco, el día pintaba gris y tal parecía que iba a llover, en realidad yo no tenía algo en contra de los días grises o lluviosos siempre y cuando me encontrara resguardada de la lluvia, al menos me alegraba de haber traído conmigo mi impermeable, quizás así podría evitar se tocada por las gotas de lluvia si en realidad llovía. De pronto el Bus se detuvo por lo que, tal como hicieron mis compañeros, descendí de éste siguiendo un camino bastante peculiar, caminamos por varios minutos, poco más de media hora hasta que repentinamente nos detuvimos enfrente de unas ruinas que a mi parecer tenían un aire tétrico. Siguiendo las instrucciones de la profesora, voltee a ver a mi alrededor en busca de un sitio para sentarme, encontré un pedazo de tronco taladrado, me acerqué a él y lo observé frunciendo un poco mis labios, no estaba muy limpio pero serviría. Una vez sentada alcé la vista hacia la profesora jugando con mis uñas por enfrente, algo muy dentro de mi me decía que luego de éste día necesitaría ir a un spa y al salón de belleza para que le dieran un buen tratamiento de reparación a mi cabello y que me volvieran a hacer manicure. Enarqué claramente una ceja cuando la profesora susurró que esperaba regresaran vivos tres cuartas partes de los alumnos ¡por todas las algas marinas! ¿Qué quería decir con eso? ¿Acaso no era ella responsable de que sus alumnos regresan con vida? ¿Por eso era una clase no? para enseñar no para morir en el intento. Bueno fuera lo que fuera yo estaría dentro de eso "tres cuartas partes sobrevivientes" me había enfrentado a cosas bastante extrañas hasta ahora como para dejarme morir, además las porristas teníamos nuestra primera competencia en unas semanas y no iba a dejarlas sin capitana.

A la pregunta de la chica de cabello rubio, la profesora contesto dando ejemplos de las múltiples tragedias que tuvieron sitio en el oráculo misterioso, justo el lugar donde todos nos encontrábamos sentados. La chica, quien ahora recordaba haberla visto aquella vez en los pasillos de la torre femenina, pareció satisfecha con la respuesta, ya que no emitió alguna otra pregunta, o a lo mejor su silencio se debía más a que gozaba de la compañía de Evan y de otro chico que no lograba identificar del todo bien, como siempre Evan encontraba la forma de hacerse ver entre la multitud femenina, acto que parecía costarle poco, con su status y atractivo natural no era necesario preguntarse cómo lo lograba.

Crucé mi pierna sobre la rodilla, de forma femenina aunque nada forzado justo cuando Jill, o mejor dicho la profesora Jill comenzó a presentarse, dentro de su introducción hizo alusión al hecho de que se llegó a pasar como estudiante y por ello algunos ya la conocíamos, sinceramente me preguntaba cual había sido su intención al hacer eso ¿conocer al alumnado? ¿saber cuáles eran sus intereses? ¿divertirse? ¿tomarnos el pelo? muchas ideas cruzaban mi mente aunque ninguna me convencía.

A las instrucciones de la profesora uno a uno iba pasando a recoger una hoja, ella iba nombrando a cada uno en orden alfabético por apellido, me mantuve tranquila en mi lugar hasta que escuché aquél apellido y nombre a juego. Giré mi vista en su dirección viéndolo avanzar hasta tomar su hoja, yo llevé automáticamente mi mano hasta mi cuello, en el lugar justo donde se encontraba su obsequio, al parecer era algo que hacia en automático cada que lo veía, mi vista lo siguió hasta que se volvía con su hoja entre las manos, posiblemente lo hubiera observado por mas tiempo pero la profesora pronunció mi nombre. Me levanté con mi gracia habitual y me acerqué hasta la profesora, asintiendo un poco con la cabeza cuando tomé la hoja, entonces volví hasta donde estaba sentada, no sin dirigir otra mirada en la dirección de él.

Comencé a leer la hoja, todas eran preguntas abiertas, quizás éste cuestionario serviría a la profesora como una evaluación general de lo que a sus alumnos les gusta y llama la atención y que no. Por otro lado no pude evitar deparar, conforme leía, en el hecho de que nuestros nombres habían estado juntos en la lista alfabética ¡Por todos los mares! debía comportarme y concentrarme en la clase. Y así lo hice, sostuve con mayor fuerza la hoja con la mano derecha mientras que en mi mochila buscaba mi pluma rosa para responder el cuestionario.

Cuestionario de Diane Seammus:

Al terminar de responder el cuestionario se acercó nuevamente a la profesora para devolverle el cuestionario ya resuelto, volviendo a su lugar se permitió sonreír un poco sin razón alguna.